En abril el Índice PMI compuesto de la Actividad Económica en la Zona Euro se situó en 55,8 puntos, 0,9 puntos por encima del mes de marzo.
El crecimiento económico fue impulsado por el sector de servicios dado el relajamiento de las restricciones del COVID-19, lo que compensó la producción manufacturera que casi se paralizó en abril.
La producción manufacturera fue afectada por los persistentes problemas se suministro que se acrecentaron con el confinamiento de China por nuevos casos de Covid-19 y los conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania. En abril se volvieron a recibir informes de alargamientos en los plazos de entrega de los proveedores, hecho que repercutirá en una presión alcista de los costes.
Por otro lado pese a la creciente inflación y los problemas citados anteriormente, tanto la creación de empleo como las expectativas empresariales para los próximos doce meses crecieron, aunque este último permanece expectante a la evolución de las tensiones bélicas.
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