El presidente ruso Vladimir Putin dispuso que el pago del gas ruso vendido a los países “hostiles” a su régimen se tendrá que hacer en rublos.
Entre los países “hostiles” se encuentran potencias mundiales como la Unión Europea que adquiere de Rusia el 40% del gas utilizado en su territorio.
Si bien el mandatario no especificó cuando entrará en vigor la medida, dio instrucciones al banco central para que elabore el procedimiento en el cual los países puedan adquirir rublos en Rusia.
La valoración de la moneda rusa dependerá de cual efecto tenga más presión, si el aumento de la demanda por la moneda o las sanciones que están deprimiendo su valor.
Operar en rublos generará sobrecostos transaccionales en la compra del gas, lo que elevaría aún más los precios internacionales, incidiendo en aumento de la inflación en los países europeos y repercutiendo en el ingreso real de los agentes. Esto se puede traducir en un menor flujo de remesas provenientes de Europa.
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