Por lo general las organizaciones establecen objetivos, misión, visión, valores y todo queda genial. ¡Perfecto! Fin de la historia. Nos gustaría contarte “un secreto a voces”, esa misión y visión no se cumplen por sí solos.
Según la revista Fortune de Nueva York, 9 de cada 10 estrategias fracasan. No porque estén mal elaboradas o porque son estrategias que no son estrategias, sino simplemente porque quedan como un mero ejercicio intelectual que no va acompañado de los trabajos de puesta en marcha.
En toda planificación estratégica luego de varios análisis, mucha deliberación, establecer metas y objetivos, viene la etapa que debería HACER REAL LO PLANIFICADO. Esta etapa es la de ejecución..
Existe mucha literatura que nos puede encaminar a llevar a la práctica el plan estratégico, pero tomaremos la propuesta del libro “Las 4 disciplinas de la ejecución” (best seller de The New York Times). Los autores proponen una metodología simple, replicable y comprobada por muchos, consistente en cuatro pasos.
Paso 1: enfocarse en lo crucialmente importante.
El paso uno hace énfasis en el enfoque, la propuesta es maximizar esfuerzos para cumplir no más de dos metas realmente cruciales. Como dice el refrán, “el que mucho abarca, poco aprieta”.
La idea es asegurar que efectivamente se cumplan estas metas con impacto, pero quizás entonces surja el siguiente cuestionamiento. Todas las metas son importantes, si solo tengo que elegir dos de ellas, ¿cuáles escoger?.
Las metas que elijas en los distintos niveles operativos, deben aportar sustancialmente al logro de las metas del alto nivel empresarial, es decir, deben estar alineadas, deben ser fáciles de entender, directas, sencillas y emplazadas.
Entonces, ¿Qué es lo más importante?. Para echar luz sobre la pregunta, podemos plantear lo siguiente; si todos los otros niveles operativos conservan el mismo nivel de rendimiento, ¿en cual tendría más impacto hacer cambios?. Este cambio de perspectiva conlleva un cambio de pensamiento que podría llevarte a tomar la decisión acertada.
Paso 2: trabajar sobre las medidas de predicción.
Las medidas de predicción son marcas específicas que alteran el resultado. Las medidas históricas nos sirven para ver la tendencia y no podemos hacer nada sobre ellas más que trabajar sobre las medidas de predicción que son acciones claves y puntuales que esto nos sirve para modificar esa tendencia ya que tienen influencia sobre los resultados que queremos lograr.
Paso 3: tablero de resultados
El tablero de resultados sirve para comprobar que todos estén al tanto de los avances en cada momento, de forma que puedan saber si se están alcanzando las medidas de predicción.
El tablero es una herramienta poderosísima que incrementa el compromiso de los actores principales pero para esto debe estar a la vista, siempre actualizado y debe ser sencillo de leer.
Si las personas no saben como van en la carrera, no saben si van perdiendo o ganando, el compromiso se debilita. En cambio si ellos mismos ven como va el marcador, genera una sensación muy distinta porque pueden ver como funcionan las cosas y porque todos siempre quieren ganar.
Paso 4: construir una cadena de rendición de cuentas
Este paso trata sobre establecer un ciclo corto para la rendición de cuentas, es decir, una periodicidad en la que se controla los avances y, usando la misma analogía, anotar los puntos a favor del equipo para impulsarlos a ganar. Se pueden hacer reuniones semanales o quincenales en las que todos tengan un momento para “rendir cuentas” de sus trabajos realizados y de sus aportes para mover el marcador. Ésta acción une a todos como un equipo, sabrán que están jugando juntos esta partida.
En estas reuniones se rinden cuentas al mismo tiempo que se comparten experiencias vividas durante sus labores, se actualiza el tablero y lo revisan juntos. La reunión de rendición de cuentas termina con la planifica el siguiente ciclo renovando compromisos de acción enfocados de vuelta en el paso 1, dos metas crucialmente importantes que marquen la diferencia.
El acompañamiento de profesionales con destreza en estos procesos, maximiza las probabilidades de tener éxito porque facilitan conocimientos y métodos de trabajo efectivos a través de experiencias previas adquiridas en proyectos similares.
Desde Mentu, creemos que estos cuatro pasos para la ejecución del plan estratégico son claves. Al inicio de cada semestre es crucial realizar una profundo análisis y rendición de cuentas que permita re-encausar objetivos y canalizar esfuerzos hacia el logro de la estrategia organizacional. Si este Pulso de Negocios fue de tu agrado, ¡no dudes en compartirlo! Para recibir más notas de este tipo, suscríbete en el enlace de más abajo!
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