Elaborado por: economia@mentu.com.py
Publicado por: https://www.5dias.com.py/opinion/desafios-a-considerar-para-la-reforma-educativa
Si bien se han registrado avances, el sistema educativo paraguayo tiene muchos desafíos por delante, que requieren de reformas en diversos niveles para lograr los objetivos planteados.
Desde el inicio del milenio, tanto el acceso a la educación en Paraguay como el promedio de años de estudio de la población han aumentado de manera considerable. En la actualidad, el 98,9% de la población de 6 a 9 años ha asistido a una escuela primaria, y se destina casi 2,5 años más en promedio a estudiar que en los años 2000.
El cambio de paradigmas en la sociedad con respecto a la importancia de la educación ha sido gradual y definitivo. Esto ha permitido que los núcleos familiares a nivel país prioricen la educación primaria, y que consideren que es necesario que los niños aprendan lectura, escritura y operaciones matemáticas básicas. Independientemente de la pertinencia y calidad de los contenidos desarrollados, las personas en general tienen internalizado el concepto de enviar a sus hijos a la escuela.
En una mayor medida, es en la educación secundaria donde se encuentran más dificultades. La localización geográfica, el idioma en que son impartidas las clases en comparación al idioma hablado en el seno familiar, al igual que la situación socioeconómica de las familias, son factores determinantes de la asistencia a los colegios secundarios, y terminan incidiendo significativamente en el desarrollo y en la desigualdad. Un 16,5% de la población de 15 a 17 años no asiste a la escuela, cifra que se incrementa a 20,2% en las zonas rurales.
Un análisis geoespacial de la Universidad de California San Diego determinó que la distancia máxima en kilómetros que las personas querrían caminar para llegar a los centros educativos es de 3 kilómetros (km). Los resultados del análisis para Asunción afirman que el 100% de los jóvenes se encuentran a un mínimo de 3 km de un colegio secundario, mientras que, en Alto Paraguay, Amambay, Boquerón, Canindeyú, Misiones y Presidente Hayes, entre el 11% y el 51% de los estudiantes secundarios se encuentra a más de 5 km del centro educativo más cercano. Esto tiene implicancias para el transporte y el uso de tiempo en las comunidades del interior del país.
Por su parte, la situación socioeconómica de las familias puede generar incentivos o disrupciones para la formación educativa. Un estudio de la OCDE (2017) destaca la relevancia del ingreso monetario como variable predictiva del acceso a la educación secundaria: en 2015, dentro del quintil más rico, el 96% de las personas en edad de cursar la educación media lo hacían, dato que se reduce al 67,7% en el quintil más pobre, que tiende a abandonar el colegio para contribuir al ingreso familiar.
Además de las limitaciones en cuanto al alcance de la educación secundaria, se presentan otros desafíos relacionados con el sistema educativo en sí mismo. Si bien el acceso ha mejorado, los indicadores disponibles que permiten analizar la calidad de la educación paraguaya distan de reflejar dicha mejora.
En ese sentido, el Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo (SNEPE) es un conjunto de pruebas a nivel país que mide el rendimiento de los estudiantes en base a la malla curricular de matemática y comunicación en castellano y en guaraní. Los resultados para el último año disponible (2018) indican que todos los estudiantes están por debajo de los 550 puntos establecidos como puntaje mínimo del nivel de desempeño satisfactorio. Sólo entre 2 y 3 de cada 10 estudiantes alcanzan o superan el mínimo de aprendizaje considerado satisfactorio para el área y grado de conocimiento evaluado.
En comparación con las pruebas anteriores del SNEPE (2015), los resultados de la evaluación de 2018 reflejan un menor puntaje promedio de los estudiantes en la mayoría de los grados y áreas académicas. Así, se puede inferir que el rendimiento de los estudiantes ha sufrido un deterioro en la última década, lo cual demuestra que el incremento en el promedio de años de educación tiene una débil relación de causalidad con el aprendizaje y los resultados de las pruebas.
Es por ello que se debe trabajar en ajustar el proceso de aprendizaje del primer y segundo ciclo, dado que esta es la base de la formación educativa posterior. Los conocimientos no afianzados dificultan la transición a los ciclos educativos posteriores, y terminan incidiendo negativamente en la productividad y en el desarrollo de habilidades para el mercado laboral, así como para vida misma, especialmente en el caso de poblaciones vulnerables. El 73,5% de quienes tienen entre 7 y 12 años de estudio y trabajan tienen una ocupación informal, porcentaje que se incrementa para las personas que sólo tienen educación primaria.
Otra deficiencia a encarar está relacionada al nivel de cualificación de los docentes, que incide directamente en la calidad de la enseñanza. El diseño actual del programa para la formación docente ofrece pocos incentivos para que los mismos mejoren su rendimiento, adquieran las competencias pertinentes y mejorar la calidad de la formación que ofrecen. Esta debe estar garantizada y acompañada de incentivos y sólidos mecanismos de evaluación para apoyar el desarrollo profesional constante.
Además, existen desafíos de índole estructural, relacionados con la falta de gestión o uso ineficiente de los recursos para la mejora del proceso de aprendizaje, la inversión en infraestructura y la gobernanza del sistema educativo en general, que requieren de un consenso a nivel nacional por parte de los actores involucrados.
Educación para el desarrollo
El sistema educativo paraguayo debe de ser un mecanismo que contribuya a reducir la desigualdad y favorezca la movilidad social e intergeneracional. Es por ello que se debe priorizar estrategias que permitan una educación inclusiva e integral, implementando políticas capaces de generar los factores que contribuyan a que los paraguayos puedan mejorar no sólo su ingreso y sus oportunidades, sino también su calidad de vida.
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