Elaborado por: economia@mentu.com.py
Publicado en: https://www.5dias.com.py/opinion/los-nexos-entre-la-politica-monetaria-y-la-deuda-publica
El control de la dinámica de la inflación es vital para el objetivo de las Políticas Monetaria y Fiscal. Dado el papel que desempeña la deuda pública en la financiación del déficit fiscal, la relación entre la deuda pública y la inflación se ha convertido en una variable importante a considerar en la política económica de un país, que por sobre todo requiere de una articulación interinstitucional para su funcionamiento.
Inflación más allá de la política monetaria
Un nivel elevado de crecimiento económico suele ser el principal objetivo de las economías. Para lograr ese objetivo, la estabilización del nivel de precios desempeña un papel fundamental, y por ello, las autoridades monetarias de los países disponen de diferentes instrumentos, como la oferta monetaria, tasas de interés y el tipo de cambio, con el fin de controlar y mantener la inflación en un rango deseable.
En ese sentido y a lo largo de la historia, la mayoría de los bancos centrales han adoptado diferentes tipos de políticas destinadas a controlar la inflación sobre la base de que esta es, en general, un fenómeno monetarista.
Sin embargo, desde por lo menos el año 1981 se ha dado este supuesto por infundado y obsoleto. Con el tiempo los economistas han manifestado que los instrumentos de la política fiscal, como ingresos y gastos del gobierno, déficit fiscal y deuda pública, también provocan efectos en la inflación.
En específico, tratándose de países en desarrollo, varias experiencias alrededor del mundo demostraron que el déficit fiscal es uno de los determinantes más importantes, aunque normalmente olvidados, en lo que respecta al nivel de precios.
Impacto en la deuda pública
Para promover el crecimiento económico, generar empleo y mantener la estabilidad socioeconómica, la mayoría de los gobiernos en los países en desarrollo necesitan obtener cada año los fondos suficientes que les permitan llevar a cabo programas de inversión en educación, salud e infraestructura. Como normalmente estos países tienden a tener una estructura tributaria inequitativa, compleja y poco competitiva, acompañada de limitada capacidad recaudatoria, se produce un déficit presupuestario porque los ingresos fiscales no pueden compensar el gasto público.
En ese sentido, la teoría dice que la financiación creciente y persistente del déficit fiscal de un país mediante el endeudamiento de su gobierno, en algún momento, terminaría produciendo presiones inflacionarias, de manera independiente a las políticas que adopte el Banco Central. Esto se daría a través de un aumento del tipo de interés, que conduce a una revalorización de la moneda. A su vez, el aumento de la tasa de interés implica un aumento del servicio de la deuda, y consecuentemente de la propia deuda.
Esto podría desencadenar salidas de capital y depreciación del tipo de cambio que, a su vez, afectaría las expectativas de inflación y, al final, la propia inflación. La Teoría Fiscal del Nivel de Precios (TFNP) postula que el aumento de la deuda pública aumenta la riqueza de los hogares y, en consecuencia, su demanda de bienes y servicios, lo que provoca presiones sobre los precios.
Los beneficios de políticas públicas sólidas
Al igual que los demás países en desarrollo, para poder cumplir con sus compromisos, solventar el gasto público, ejecutar inversiones y hacer frente a los déficits fiscales, Paraguay ha venido endeudándose de forma creciente en los últimos años tanto en el mercado interno como externo.
La política monetaria bien estructurada en torno al esquema de metas de inflación y la autonomía de su Banco Central, otorgan al país beneficios con relación a la credibilidad frente a sus acreedores y facilidad para la toma de decisiones.
El impacto de una moneda estable y de precios generalmente poco volátiles, permite que la política monetaria sea más flexible, fácil de ajustar a pesar de su complejidad y más resistente a los shocks externos que la política fiscal. Sin embargo, las consecuencias de una repercuten en el trabajo de la otra, por lo que se necesitan ajustes en las estrategias de política de manera a que ambas funcionen adecuadamente y no se contrapongan una con la otra.
Si bien, en el 2020 la deuda pública se ha incrementado en casi un 38%, alcanzando casi el 34,2% del PIB, mientras que la inflación registró una variación del 2,2% como reflejo de la caída en la actividad económica durante gran parte del año por el shock externo introducido por la pandemia, de continuarse con un incremento sostenido de la deuda se producirían presiones inflacionarias. Así, se espera que la inflación se incremente al 3,5% en el 2021, acompañada de un aumento del ratio deuda/PIB al 35,9%.
Como lo afirma la teoría y la evidencia empírica, a menos que se tomen medidas para garantizar políticas fiscales adecuadas con niveles de deuda razonables, el objetivo de la estabilidad de precios se puede volver difícil de sostener afectando el desempeño económico. Por ello, es fundamental que las Políticas Fiscal y Monetaria funcionen de manera armoniosa y exista una gestión razonable del déficit fiscal y los niveles de deuda pública.
*Cifras estimadas
Fuente: Elaboración MENTU con datos del Banco Central del Paraguay, el Ministerio de Hacienda y el Fondo Monetario Internacional