Según la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos, la economía de dicho país tuvo un crecimiento interanual de 1,6% en el primer trimestre del año, el ritmo más lento desde el tercer trimestre del 2022.
Este fenómeno se produce en un contexto de inflación en aumento, lo que plantea preocupaciones sobre la posibilidad de que no haya un “suave aterrizaje” de la economía. Esta combinación de desaceleración económica y presiones inflacionarias podría significar dificultades para la economía estadounidense y global en los próximos meses, considerando el peso del país en la economía mundial.
Los resultados se contrastan con las expectativas anteriores y podría tener un impacto negativo en diversos sectores y mercados financieros. Además, el menor ritmo de crecimiento económico podría influir en las políticas monetarias y fiscales, donde los decisores de políticas tendrían el desafío de disminuir la inflación, sin ocasionar una caída del PIB. Este escenario deja en alerta a la FED sobre sus decisiones de aumentar, mantener o bajar su tasa de referencia.
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