El Banco Central de Japón subió la semana pasada subir su tasa de interés de referencia, que había permanecido en el plano negativo desde el año 2016. El ajuste ubicó a dicha tasa en el rango de entre 0% y 0,1%.
Adicionalmente, la institución ha decidido abandonar el control sobre la curva de rendimiento de bonos soberanos a diez años y se comprometió a seguir comprando bonos gubernamentales a largo plazo según la necesidad del país.
Pese al incremento, la banca matriz ha indicado que las condiciones financieras seguirán siendo acomodaticias lo que sugiere que no habrá un comienzo de un ciclo de ajuste agresivo, aunque se abre la puerta a la posibilidad de que se den subas futuras en caso necesario.
Japón tiene una meta de inflación de 2% y según analistas ha entrado en un círculo donde los salarios alimentan la inflación impulsada por la demanda. El indicador clave inflación se ha mantenido en o por encima del objetivo durante 22 meses.
Ya estás suscripto