E-mail: economia@mentu.com.py
La economía informal constituye una parte importante del mercado laboral paraguayo, y genera diferencias que afectan la calidad de vida de quienes trabajan en este sector, dado que los mismos son excluidos de los beneficios laborales, como la seguridad social, además de percibir menores ingresos con relación al mercado formal.
Asociación entre tamaño de empresa y tasa de informalidad
Según estudios de la OIT existe una relación entre el tamaño de la empresa e informalidad, en el sentido de que a menor tamaño mayor es la tasa de informalidad laboral. En general, la mayor concentración de trabajadores informales en América Latina se encuentra en empresas unipersonales y microempresas.
El crecimiento y tamaño del sector informal en países en desarrollo se debe a que ciertos tipos de trabajadores, en general de baja calificación, son desplazados hacia trabajos sin protección y de baja productividad, constituyéndose ésta en su única alternativa de empleo.
Bajo este enfoque los trabajadores en el sector informal son altamente vulnerables, al no tener acceso a la seguridad social, tener alta incertidumbre y no estar cubiertos durante su vejez.
Por otra parte, en el caso de las empresas, este hecho se debe principalmente a la falta de legislaciones y reglamentos adaptadas a la realidad de las micro y pequeñas empresas. Además, el número elevado de trámites y la complejidad de estos son un obstáculo importante para la formalización empresarial en la región.
Informalidad salarial y tamaño de la empresa en Paraguay
Paraguay no es ajeno a esta realidad, la informalidad aumenta a medida que disminuye el número de personas ocupadas en la empresa. De este modo, el porcentaje de informalidad laboral es del 79,5% en empresas que emplean entre 2 a 5 personas. Por otro lado, en aquellas empresas que trabajan entre 51 a 100 empleados dicha tasa es de 16,8%.
La informalidad surge como una alternativa a la escasez de puestos laborales formales, aunque las condiciones que ofrece este sector son menos favorables a las del sector formal de la economía. La mayor vulnerabilidad se puede observar también en la brecha salarial entre el sector formal e informal que aumenta a medida que el número de ocupados disminuye en las empresas.
Así, en aquellos negocios que ocupan entre 2 a 5 personas, la brecha salarial entre la economía formal e informal es del 64,8%, eso significa que el ingreso del trabajador informal es 2,8 veces inferior al ingreso formal. En el caso de las empresas que emplean entre 6 a 10 personas, las mismas presentan una brecha salarial entre ambos sectores de 47,9% a favor del sector formal. Luego, las empresas que ocupan entre 11 a 20 empleados la brecha de ingresos es del 38,4%. Por último, la diferencia salarial en negocios que emplean entre 21 a 30 personas es del 23,2%.
Estas diferencias salariales refuerzan el hecho de que la informalidad se acentúa cuanto menor es el tamaño de la empresa. El menor nivel de ingreso afectaría directamente al desarrollo pleno de las personas considerando que repercute en su calidad de vida, niveles de pobreza, desigualdad de oportunidades para ellas y sus descendientes, menor acceso a servicios como educación y salud, entre otros.
Por último, las diferencias entre el sector formal e informal se observan tanto por tamaño como por niveles salariales. En ese sentido, las empresas de menor tamaño, en especial las informales, son generalmente menos eficientes lo que limita su producción, así como también tienen limitada capacidad de crear fuentes de trabajo decente e ingresos laborales suficientes para disminuir las desigualdades en el mercado laboral.
Las desventajas observadas en el sector informal indican que esta es un fenómeno complejo que requiere de políticas públicas integrales en distintos niveles que además de aumentar la formalización, mejoren la estructura productiva, el desarrollo de empresas formales, la productividad, la protección social y en general el trabajo decente.
La formalización empresarial resultante incentivaría a la innovación, al desarrollo de nuevos productos, una mayor inversión que generaría empleos de calidad que garantizaría los derechos laborales, así como el derecho humano de contar con un trabajo en condiciones equitativas que asegure una vida en condiciones dignas y proporcione seguridad social a todos los trabajadores del país.
Ya estás suscripto