Publicado en:
https://www.5dias.com.py/2020/06/193144/
Paraguay es uno de los pocos países que vende excedentes energía eléctrica, un producto que todo el mundo desea tener, mientras que su consumo interno depende en una medida considerable de otras fuentes energéticas. No obstante, el sector electricidad y agua representa una parte importante del Producto Interno Bruto, por lo tanto, es esencial entender su funcionamiento.
La energía como base del crecimiento
En los albores de la revolución industrial, se popularizó una frase pronunciada por James Watt “Vendo lo que todo el mundo desea tener: energía”, ya que, en ese tiempo, producir más y en el menor tiempo posible era una prioridad, y para hacerlo, se necesitaba una cantidad enorme de energía, que era un bien sumamente preciado.
Esa frase se aplica perfectamente en Paraguay, ya que es el cuarto mayor exportador de energía eléctrica limpia en el mundo, según The World Factbook
A pesar de ser una potencia mundial en cuanto a la producción de energía hidroeléctrica, el consumo energético del país es mayormente satisfecho con energía producida por biomasa (45%) y derivados de petróleo (40%), mientras que sólo el 15% restante corresponde a energía eléctrica, pese a lo cual tiene una importante participación en el PIB.
En cuanto al sector de agua, Paraguay es uno de los países del mundo con mayores reservas de agua dulce. No obstante, cerca del 15% de los hogares no cuenta con provisión de agua potable.
Importancia del sector
El sector de Electricidad y Agua abarca a los agentes económicos encargados de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, así como de la captación, tratamiento y distribución de agua potable, la gestión y tratamiento de desperdicios y las actividades de saneamiento. Este sector representaba en el 2019 el 7,2% del PIB nacional, y en los últimos 10 años ha crecido en promedio 0,7%.
Para medir el crecimiento del mismo, se consideran las actividades de las binacionales Itaipú y Yacyretá, así como de la empresa distribuidora de energía, ANDE, las actividades de ESSAP, de las empresas aguateras privadas y de las juntas de saneamiento.
Si bien Itaipú produce y vende la misma cantidad de potencia contratada mensualmente de acuerdo a lo acordado en el tratado, la compensación por energía se da dependiendo de la demanda tanto de la ANDE como de ELECTROBRAS, empresas distribuidoras de energía en Paraguay y Brasil, respectivamente. Así, al cierre de abril la caída del ingreso por energía era superior al 30% debido al bajo consumo a causa de la casi nula actividad en ambos países luego de la llegada del coronavirus. Se espera que estas cifras mejoren para el segundo semestre. Por el lado de los gastos, la Dirección Financiera de Itaipú informó de medidas que se están llevando a cabo apuntando a la mayor eficiencia en el uso de los recursos.
Por otra parte, la bajante del Rio Paraná no afectaría la generación de energía puesto que la operación de la central se da de forma coordinada con otras usinas localizadas aguas arriba del desembalse de Itaipú, por lo que un inicio de temporada seca está dentro de las previsiones. Así, se espera que en los próximos meses la demanda mejore y contrarreste en cierta medida la caída del primer semestre.
En cuanto a Yacyretá, la caída en el ingreso se daría en mayor grado considerando que el impacto económico negativo de la crisis es mayor en Argentina que en Brasil, lo que afecta al consumo energético y, consecuentemente, al crecimiento de ingresos por venta de energía, que ya se estaba en cifras negativas en los últimos años. Así también, esta binacional si tuvo un menor nivel de producción a causa del bajo caudal del río. Sin embargo, la descarga del embalse de Itaipú en mayo contribuyó a mejorar la producción de ese mes, lo que contrarrestaría en parte las bajas en el ingreso hasta ese entonces.
Considerando lo expuesto, para estimar el crecimiento del sector se asumieron los siguientes supuestos:
Teniendo en cuenta todas las consideraciones mencionadas, se espera que el sector de Electricidad y Agua tenga una retracción interanual de 3,4% al cierre del 2020.
Por esto es necesario generar mayores garantías legales e incentivos impositivos para facilitar la instalación de empresas, así como la industrialización de los sectores como agricultura y ganadería, que generen mano de obra y la mayor consumición de energía a través de su producción. Para esto también es necesario que el Estado logre mejorar las líneas de trasmisión de la energía de modo a que esta sea utilizada eficientemente en todas las regiones del país.
(*) Estimación Mentu
Fuente: Elaboración Mentu con Informes oficiales de las entidades del sector
Ya estás suscripto