
La proyección de crecimiento de 3,8% que se maneja este año para el PIB muestra el ritmo en que nuestra economía está en condiciones de expandirse en periodos en que no se presenten factores extraordinarios que dificulten o aceleren en demasía el dinamismo.
La estimación oficial de crecimiento económico para este año, anunciada por el Banco Central del Paraguay (BCP), se encuentra en 3,8%. Los organismos internacionales coinciden con este pronóstico: el Fondo Monetario Internacional (FMI) también contempla una expansión de 3,8%; la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) es inclusive un poco más optimista, con una proyección de 3,9%; mientras que el Banco Mundial prevé una variación de 3,6%.
De esta manera, nuestro país se encuentra consolidando el nuevo ritmo de crecimiento potencial de su economía, tras los niveles de 4% a 4,2% y hasta 5% que vino exhibiendo quinquenios atrás.
Esta modificación en el dinamismo potencial se debe al techo que ha alcanzado principalmente la producción agrícola en cuanto a su capacidad de expansión, es decir, por más que este sector logre buenos años, el incremento respecto al año anterior ya no implica el salto que se veía en otras décadas.
Por este motivo, la economía paraguaya se encuentra ante el desafío de avanzar en la diversificación que contribuya a la sostenibilidad del crecimiento y reduzca volatilidades.
Proyecciones en comercio exterior e inversiones
Al detenernos en el panorama de Paraguay y su relacionamiento con el exterior, se destaca que la diferencia entre las importaciones y las exportaciones se estaría achicando este año a USD 38,4 millones desde el nivel de USD 1.247,8 millones al que llegó en el 2024. En consecuencia, el déficit de cuenta corriente representaría el 0,9% del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2025, muy por debajo del 3,9% en que se ubicó el año pasado.
En este punto, hay que recordar que existen presiones en los términos de intercambio, ya que los precios de los productos importados se encuentran con tendencia al alza, mientras que los de las exportaciones están más bien a la baja.
Por otro lado, la inversión extranjera directa podría llegar a USD 6.800 millones en el periodo 2025-2028, y un régimen fiscal especial e incentivos para grandes inversiones aumentaría el
promedio de las inversiones a 3,7% del PIB anualmente.
A nivel local se espera que los precios se mantengan dentro del rango esperado, con una meta menor, al anotar una inflación de 3,7% en el 2025 y de 3,5% en el 2026. Este escenario implica: una convergencia gradual hacia la nueva meta inflacionaria consistente con una política monetaria neutra, disminución de la volatilidad al aumentar la previsibilidad y presión a la baja sobre los tipos de interés.
Generación de empleo
Un hecho que marcó el inicio del 2025 en el ámbito económico fue la promulgación de la nueva Ley de Mipymes, la cual se espera que contribuya a la generación de empleo.
Esta legislación prevé impulsar la simplificación de trámites, la reducción de costos y acceso automático a cédulas Mipymes, mayor facilidad para acceso a financiamiento, exoneración de tasas por servicios en los primeros tres años para microempresas y descuentos para pequeñas empresas, menores requisitos de formalización y remuneración a empleados con 80% del salario mínimo.
Sin embargo, se debe considerar la aplicabilidad de la Ley dada la limitada capacidad de estas empresas y la escasa cercanía de las instituciones. Recordemos que unas 690.000 Mipymes estarían en el sector informal, casi el doble de las 367.037 Mipymes formalizadas; y que este sector representa el 98% del total de empresas en el país, al tiempo que emplea al 75% de la población ocupada.
Desafíos pendientes
La calificación soberana recientemente recibió una mejora en cuanto a la perspectiva por parte de S&P Global Ratings, al subir de estable a positiva, meses después de que Moody´s otorgara el grado de inversión (Baa3).
S&P declaró que el país puede escalar al grado de inversión también desde su análisis si se producen la diversificación de la economía y la mitigación de los ciclos climáticos, la finalización de grandes inversiones que conduzcan a un crecimiento que contribuya a la consolidación fiscal, la estabilización de la carga de la deuda considerando los ingresos, la transparencia en la formulación de políticas y una menor volatilidad de los precios de intercambio.
Los desafíos pendientes en el país son así los siguientes: