De tanto en tanto se habla de “desafío” o “reto” importante a conquistar cuando una mujer pasa de ser trabajadora para inaugurar un nuevo rol como madre, o, viceversa. Aunque hay cambios en la rutina e incluso transformación en la forma de ver muchos aspectos de la vida, no tiene por qué ser camino de una sola vía el ser madre o profesional.
En pocos días en nuestro país rendiremos un especial tributo a las madres, mujeres que han brindado una parte de sí mismas para dar vida.
En nuestra sociedad se va haciendo a un lado poco a poco esa brecha que condiciona o encasilla a la mujer en un único rol… “o es trabajadora o es madre… no ambos”. Cada vez son más las mujeres madres que tienen un rol de liderazgo en distintos ámbitos, que pueden “hacer magia” sin descuidar sus responsabilidades u obligaciones.
Es común escuchar hablar sobre el sentimiento de culpabilidad más grande cuando una madre debe ir a cumplir con sus labores profesionales y deja a sus hijos al cuidado de propios o extraños. Una mujer tiene muchos motivos para aunar esfuerzos y buscar crecer profesionalmente. De hecho, hay evidencias científicas que demuestran que las madres que trabajan fuera de la casa no dañan a sus hijos, al contrario, podría incluso considerarse como beneficioso para ellos.
Conforme a la Escuela de Negocios de Harvard, en la que se realizó un análisis de información de más de 20 países, los hijos de las madres que trabajan o lo hicieron en algún momento:
- Un 33% ocupa puestos de supervisión y obtienen un mejor ingreso económico.
- Completan más años de educación académica.
- Presentan una mejor solvencia en sus relaciones interpersonales.
- Sienten menos depresión y ansiedad.
Una mamá que trabaja deja una enseñanza importante en sus hijos… autosuficiencia e independencia. Ser mamá es un “trabajo” de por vida que no conoce de vacaciones o días libres. Es usar el cansancio como impulso para seguir adelante y brindar lo mejor a los hijos. Es vislumbrar a través de las ojeras o párpados caídos un mejor futuro para los vástagos. Es hacer malabares diarios con actividades laborales, domésticas, escolares, médicas entre otras sin dejar de llegar a los objetivos personales y profesionales. Es el esfuerzo de dar el siguiente paso pensando no solo en una misma, sino en alguien más… sus hijos.
Este Pulso Clave es para dar GRACIAS…
Gracias por nunca bajar los brazos…
Gracias por no dejar de soñar…
Gracias por estar…
Gracias por ser…
Gracias por ser MAMÁ en todo el sentido de la palabra.
Ya estás suscripto