En la última actualización publicada por la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), la inflación en la Zona Euro se ubicó en 7,4%, manteniéndose sin variaciones en comparación al mes anterior.
No obstante, la tasa continúa siendo elevada por los cuellos de botella en el suministro posteriores a la Covid-19 y agudizándose tras los efectos colaterales de la guerra entre Rusia y Ucrania, que han generado subas en los precios de las materias primas y los productos industriales terminados.
Los miembros que registraron mayor inflación en abril fueron los países bálticos, con la tasa de Estonia superando 19%, mientras que los de menor tasa fueron Francia y Malta con 5,4%.
Subas continuas de precios podrían obligar al Banco Central Europeo (BCE) a aumentar sus tasas de interés en julio, con la probabilidad de incidir en las tasas de depósito en menos de 0,5%. Los formuladores de políticas están cada vez preocupados ya que se necesitarían condiciones monetarias más estrictas para volver a situar la inflación por debajo de la meta del 2%.
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