Si bien la coyuntura actual es compleja y desafiante, en particular para los sectores que lograron recuperarse con dificultades luego de la pandemia, la tasa general de morosidad del sistema bancario sigue por debajo de lo registrado en 2021, aunque ha venido aumentando durante los últimos meses. Considerando el hecho de que las proyecciones estiman una mejora recién a partir del segundo semestre del corriente año, la morosidad de algunos sectores podría incrementarse.
En ese sentido, el análisis de las tasas de morosidad de los sectores no tradicionales, como construcción, servicios, venta y reparación de vehículos, servicios personales y otros sectores económicos verificaron aumentos, que si bien fueron mitigados por la caída en las tasas de morosidad de los demás sectores, reflejan señales de atención.
Por el lado de los créditos al consumo y al comercio -los de mayor participación en la cartera–, pese a que sus tasas de interés se han incrementado en los últimos meses, sus tasas de morosidad bajas aún permiten un margen para trabajar con herramientas que ayuden a los agentes a cumplir con sus obligaciones.
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