Si bien factores endógenos y exógenos volvieron al contexto económico actual más complejo, lo cual normalmente repercute en los recursos disponibles de los agentes para cumplir con sus compromisos financieros, en febrero la tasa de morosidad bancaria subió hasta 2,48%, aunque es menor en 0,19 puntos porcentuales interanualmente y a la de prepandemia.
El análisis de las tasas de morosidad por sector refleja una situación particular, dado que sectores no tradicionales como servicios personales, vehículos, vivienda, construcción y otros sectores económicos tuvieron un incremento interanual en sus tasas de morosidad, en lo que podría haber incidido el aumento de las tasas de crédito en los últimos meses así como a la inestabilidad en la generación de ingresos de algunos de ellos.
A través de mecanismos como la refinanciación y la reestructuración de la deuda, las entidades continúan trabajando con los agentes que forman parte de los sectores más morosos, de manera a poder seguir impulsando el acceso a financiamientoYa estás suscripto