
Al inicio de marzo, cuando los países avanzados del mundo impusieron sanciones económicas a Rusia, el rublo, la moneda oficial de dicho país, se debilitó rápidamente y llegó a cotizar 143 rublos por dólar y 127 rublos por euro cuando la Administración Biden anunció que prohibiría las importaciones de petróleo y gas de origen ruso.
En respuesta, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció que suspenderá los contratos de suministro de gas si los países contrarios al régimen no hacen los pagos en rublos y no abren una cuenta en esa moneda en uno de los bancos más grandes de la Federación Rusa, el Gazprombank.
Con dicha comunicación, el rublo ruso recuperó parte de lo perdido, y al inicio de abril, cotizó 84 rublos por dólar estadounidense y 91,6 por euro, volviendo a niveles levemente por encima a lo observado previo a la invasión a Ucrania.
La recuperación del rublo podría ser una señal de que las sanciones no están funcionando a la hora de presionar a Rusia para que retire sus tropas de Ucrania.