Elaborado por: economia@mentu.com.py
Publicado por: https://www.5dias.com.py/columnas/trabajo-infanto-juvenil-y-transferencias-condicionadas
El fenómeno del trabajo infantil ha sido debatido de forma contundente por la sociedad, pero aún existen muchos desafíos para erradicarlo. Paraguay no es la excepción en este aspecto. La discusión gira en relación con el tipo y el tiempo de la actividad laboral a la que los niños y adolescentes están sometidos.
Conforme a la OIT, el trabajo infantil se define como aquella actividad que priva a las niños y niñas de su infancia, potencial, dignidad y escolarización, además de ser perjudicial para su desarrollo físico y mental.
Trabajo infantil en Paraguay
Las principales causas del trabajo infantil son la pobreza, los niveles de ingreso, el desempleo e informalidad en el mercado laboral. A ello suma la insuficiencia del Estado en la cobertura institucional, jurídica y educativa para proteger a los niños, niñas y adolescentes.
El trabajo infantil en Paraguay es una realidad que afecta a miles de niños y adolescentes, comprometiendo el proceso de escolarización de estos, afectando su integridad física, psicológica y moral al realizar tareas inadecuadas para su desarrollo.
El trabajo infantil en el país se concentra principalmente en el sector agrícola, informal y doméstico, todos caracterizados por su elevado grado de invisibilidad. También, se observa el aumento del trabajo infantil en las calles, siendo este fenómeno más visible para la sociedad.
Algunos datos sobre la realidad infantil
Se observa que en el año 2020, la mayor parte de la población infantil de 10 a 17 años que estudia y trabaja (55%), y trabaja y no estudia (57,3%) habitaba en la zona rural, mientras que la proporción de niños, niñas y adolescentes que solo estudian y no trabajan (62,7%), no estudian ni trabajan (53,4%) es mayor en la zona urbana.
Paraguay es un país cuya economía depende primordialmente de la producción en el sector primario, siendo la agricultura y la ganadería los sectores en los que mayormente se involucran a los niños/as y adolescentes para realizar tareas. En relación con el género de los niños, niñas y adolescentes, una mayor proporción de hombres (71,2%) trabajan y estudian en relación a las mujeres (28,8%).
Estos datos muestran la necesidad de reorientar las políticas públicas, para mejorar la condición de vida y las oportunidades futuras de los niños, niñas y adolescentes.
Políticas sociales para reducir la pobreza y el trabajo infantil
Ante las evidencias sobre el avance del trabajo infantil en el mundo, particularmente en los países en desarrollo, diversas naciones miembros de las Naciones Unidas firmaron acuerdos internacionales que dieron origen a políticas nacionales e internacionales para la reducción del trabajo infantil. En ese sentido, las políticas sociales fueron las principales herramientas para combatir la pobreza y el trabajo infantil en el mundo.
Entre las políticas de intervención estatal se encuentran los programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC), que consiste otorgar pequeños montos de dinero a las familias con la condición de aumentar la escolaridad de los hijos y realizar chequeos médicos. De esta manera, dichos programas pretenden reducir la transmisión intergeneracional de la pobreza, induciendo a la inversión en nutrición, salud y educación de las próximas generaciones.
Paraguay también ha implementado diversos programas nacionales para reducir la pobreza y erradicar el trabajo infantil. Uno de los principales programas nacionales de TMC es el Programa Tekoporã que proporciona transferencias de dinero a las familias en extrema pobreza, exigiendo en contrapartida que estas envíen a sus hijos a la escuela y los someta a exámenes médicos regulares y vacunaciones.
Incidencia del programa Tekoporã sobre el trabajo infantil
La decisión entre trabajar y estudiar indica una relación de interdependencia. En ese sentido, según estimaciones los infantes cuyas familias reciben dinero proveniente de Tekoporã poseen menor probabilidad de participar en el mercado laboral y mayores oportunidades de asistir a algún centro de enseñanza.
De este modo, el programa de TMC disminuye las posibilidades de que los niños solo trabajen estudien y trabajen, o no realicen ninguna de las actividades. Además, contribuyen a elevar la frecuencia escolar. Esto podría deberse a las condicionalidades del programa en la medida que exige que los niños y adolescentes asistan a la escuela como condición para que las familias puedan recibir los beneficios. Así, el programa cumple con uno de sus objetivos establecidos en su manual operacional, que consiste en enviar a los hijos a la escuela. Con ello, a pesar de que el programa no tiene como objetivo central reducir el trabajo infantil, los resultados demuestran que Tekoporã consigue disminuirlo.
Finalmente, tanto para el caso del Programa Tekoporã como para los demás programas, debe haber mayor atención y esfuerzos en las zonas rurales de los países, que es donde generalmente el fenómeno del trabajo infantil se intensifica, generando más perjuicios al desarrollo infanto-juvenil y limitando con ello el desarrollo de la sociedad toda.
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