Al cierre del primer trimestre del corriente año, 67,8% de la población se encontraba trabajando en microempresas, 9,6% en pequeñas y 3% en medianas empresas. En total, las Mipymes empleaban al 80,4% del total de la población ocupada, es decir, a 2.777.895 de personas.
Este dato constituye un incremento interanual de 6,9% en la población ocupada por las Mipymes, donde se destaca el aumento de 8,3% de la correspondiente a las microempresas. Este comportamiento podría deberse en parte a que las personas se dedican a nuevas actividades, dados los ajustes llevados a cabo por numerosas empresas que se vieron obligadas a cerrar o a reducir su cantidad de empleados por la inestabilidad de sus ingresos, al igual que a la necesidad de ajustarse a nuevos horarios en torno a los cuidados familiares.
Dada la importancia de las Mipymes en el empleo, garantizar su subsistencia así como fortalecer su capacidad de gestión y pago debería ser política del Estado, a fin de que el mercado laboral pueda recuperarse post-pandemia.
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