Elaborado por: economia@mentu.com.py
Publicado en: https://www.5dias.com.py/opinion/el-impacto-del-covid-19-en-la-desigualdad
Indiscutiblemente, la pandemia ha tenido consecuencias en todos los sectores de la economía y niveles socioeconómicos. No obstante, un grupo de la población ha resentido sus efectos con mayor fuerza, debido a características que acentúan aún más sus dificultades estructurales, por lo que estas personas deberían ser una de las prioridades de las políticas públicas.
La disparidad en los efectos de la pandemia
Aunque los efectos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia son generalizados, sus consecuencias han tenido impacto desigual en los diferentes niveles socioeconómicos. Los trabajadores de bajos ingresos no sólo tienen más probabilidades de contraer el virus por la falta de seguridad en sus empleos, sino que tienden a experimentar graves consecuencias en su salud cuando lo hacen.
Los países de ingresos altos, que cuentan con mayores recursos financieros y sistemas de salud pública fortalecidos, están logrando hacer frente a la pandemia en mejores condiciones que los países de ingresos medios y bajos, con un acceso limitado a salud pública, protección social y servicios públicos, además de la desigualdad de oportunidades, que magnificarán los impactos directos e indirectos de la pandemia, especialmente en las zonas rurales.
En ese sentido, al interior de los países las pérdidas económicas resultantes de la reducción de la actividad económica también han sido desiguales, porque han tenido una carga diferente para el caso de las personas con menores ingresos que cuentan con poco o nulo nivel de ahorro. Además, la desigualdad dentro de los hogares está fuertemente ligada a características como el género. Las mujeres se enfrentan a desigualdades específicas, al igual que otros grupos minoritarios, incluidos los pueblos indígenas. Estos grupos vulnerables son los que menos pueden adherirse a las restricciones de movilidad y a menudo carecen de medios para amortiguar el shock económico y social.
Implicancias de la desigualdad en el contexto de pandemia
En Paraguay, los más vulnerables son los hogares más pobres y las personas que trabajan en el sector informal, que constituyen alrededor del 70% de la población ocupada, incluyendo además el trabajo ocasional, la migración estacional, los pequeños productores, aquellos que no disponen de ahorros y que tienen limitado acceso a fuentes de ingresos alternativas.
Así también, aproximadamente el 60% de la población ocupada se encuentra en los sectores relacionados con el comercio y los servicios, cuya actividad has sido altamente impactada por la pandemia, lo cual incide directamente en sus niveles de empleo e ingresos.
Es sabido que el patrón de disminución de los ingresos por pandemia es mayor para los hogares de bajos ingresos que para los de altos ingresos. Algunos estudios empíricos a nivel global reflejan que la incidencia de la pérdida de empleo o la reducción de los ingresos durante el cierre fue más común en el segundo y tercer quintil de la distribución de ingresos en edad de trabajar que en el quintil inferior, porque alrededor de la mitad de los adultos del quintil inferior no tenían trabajo antes de que comenzara la pandemia, y vieron sus posibilidades aun más reducidas con ella.
Para Paraguay, la forma principal de mitigar esta caída en los ingresos durante el 2020, fue mediante ayudas estatales enfocadas a los grupos más vulnerables. Esto se vio en el promedio de ingresos mensuales por quintiles, en donde los ingresos por ayuda del Estado representaron el 12,8% del total para el quintil con menos recursos. Además, en comparación con el quintil más rico, que genera sus ingresos de manera segura y constante, en 2020 los hogares en situación de pobreza tuvieron una proporción de sus ingresos más dependiente de factores con más variabilidad, como las remesas y las asistencias temporales de ayuda por covid-19.
Si se consideran adicionalmente los costos relacionados con la crisis sanitaria, el panorama se vuelve más complejo. En Paraguay, la población que vivía en situación de pobreza ya sufría de desventajas estructurales y mayores obstáculos para acceder a la atención sanitaria desde antes de la pandemia, Asimismo, los pacientes con menos recursos tienen más probabilidades de enfrentarse a tiempos de espera más largos y a retrasos en la atención.
La desigualdad de los efectos económicos de la pandemia implica que los costos relacionados con el tratamiento, medicación y recuperación post covid-19 tendrían mayor impacto en la economía de los hogares en situación de pobreza, debido a diversos factores como la limitación de su fuente de ingresos, la dificultad para el acceso a la salud y el tiempo que implica la recuperación de la enfermedad, que ronda en más del mes de estar con dificultades para trabajar al 100% de sus capacidades.
Perspectivas de política
Las mayores vulnerabilidades sanitarias y económicas de determinados grupos socioeconómicos deben abordarlas con medidas específicas. Las políticas deben responder al impacto directo e indirecto del Covid-19 y las medidas de contención que lo acompañan, teniendo en cuenta las limitaciones a las que se enfrentan los grupos vulnerables. Si bien la prioridad es resolver los problemas de contagio, la planificación debe considerar mecanismos e iniciativas para promover un proceso más inclusivo y equitativo de recuperación económica.
Es necesaria una amplia participación ciudadana en la planificación y la respuesta del gobierno, con el fin de abordar eficazmente no sólo la desigualdad existente y las necesidades de las poblaciones vulnerables, sino también para minimizar el impacto sanitario en la economía.
Fuente: Elaboración MENTU con datos del Instituto Nacional de Estadística
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