Elaborado por: economia@mentu.com.py
Publicado en: https://www.5dias.com.py/opinion/la-pobreza-femenina-en-tiempos-de-covid-19
El impacto de la pandemia en cuanto a pobreza resulta particularmente importante para las mujeres. El trabajo doméstico no remunerado y el empleo informal se incrementaron, desplazando a las mujeres de la fuerza de trabajo hacia una realidad económica que requiere de iniciativas a corto y largo plazo para su recuperación.
Impacto negativo más significativo de la crisis sobre las mujeres
A lo largo de la historia, las situaciones de crisis económicas han tenido un impacto más negativo en las mujeres que en los hombres, debido a su menor capacidad de resistencia a shocks externos. Esta realidad es el resultado de varios factores, en donde además de la brecha salarial que normalmente existe en el mercado laboral, las mujeres tienen menos ahorros, están más insertas en la economía informal y cuentan con menos acceso a la protección social, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes.
Asimismo, las mujeres son jefas de hogar en la mayoría de las familias monoparentales y tienen muchas más probabilidades que los hombres de cargar con trabajo doméstico y no remunerado, que a su vez les obliga a abandonar la fuerza de trabajo activa. Según un informe de 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), las mujeres realizan en promedio 2,6 veces más trabajo doméstico y no remunerado que los hombres. La "pobreza de tiempo" resultante es un factor crítico que refuerza la desigualdad de género.
En ese sentido, la pandemia ha agudizado estos problemas. Los niveles de pobreza extrema se incrementarían más en el caso de las mujeres. Otro informe de ONU Mujeres (2020) reporta que, a nivel mundial, se estima que las mujeres corren un 19% más de riesgo de perder su empleo que los hombres. Este riesgo no sólo constituye la reducción de la jornada laboral para las mujeres, sino también las probabilidades de haber perdido su empleo a consecuencia de la pandemia. Esto incluye el 72% de los trabajadores domésticos (el 80% de los cuales son mujeres) que se han quedado sin trabajo.
Por su parte, el cierre de escuelas y guarderías ha generado un mecanismo de transmisión negativo para las mujeres, que asumen la mayor parte de la responsabilidad del trabajo doméstico. Esto a su vez les impide acceder a oportunidades remuneradas y, al final, afecta negativamente a su salud, bienestar e independencia económica.
La realidad paraguaya
Los menores niveles de ingreso, la menor disponibilidad de activos, el alto nivel de informalidad y la falta de políticas de protección social, sumados a la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado, han incrementado las desigualdades sociales preexistentes en las mujeres paraguayas en el contexto post-pandemia, según un informe de Fundación Capital.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 de cada 10 hombres 8 integran la fuerza laboral, mientras que en el caso de las mujeres la cifra es de 6. La tasa de desempleo al cuarto trimestre de 2020 se incrementó hasta 7,2% a nivel país, afectando en mayor medida a las mujeres, de las cuales el 10,3% estaban desempleadas en comparación con el 4,9% de los hombres.
Este incremento del desempleo femenino en Paraguay no es una casualidad. Las medidas de confinamiento y restricción de movilidad, que afectaron de forma particular a sectores como el turismo, la gastronomía y el transporte aéreo, han limitado el trabajo femenino en mayor medida.
Dado este contexto de la migración de una parte de las mujeres paraguayas a empleos informales o trabajo doméstico no remunerado, al cierre del 2020, la cantidad de mujeres que formaban parte de la población ocupada se había reducido en 17.126, mientras que la población femenina subocupada y desocupada, se había incrementado en 54.631 personas, lo que se traduce en más pérdidas de ingreso para las mujeres.
De esta manera, el deterioro en la situación económica de las mujeres post-pandemia, lleva a un incremento en sus niveles de pobreza, que se presume iría en línea con la tendencia global. Así, se genera una necesidad de reforma estructural que proporcione a las mujeres herramientas necesarias para enfrentar su nueva situación.
Mirada hacia el futuro
En un momento en el que la recuperación económica en líneas más equitativas será fundamental, la inversión en las mujeres y su empoderamiento económico ofrece una oportunidad real de acelerar el crecimiento económico necesario para reconstruir las economías y los sistemas financieros.
A medida que el Gobierno vaya elaborando las estrategias de respuesta y recuperación post-pandemia, se deben tener en cuenta las necesidades y capacidades de las poblaciones vulnerables, especialmente las mujeres.
Se debe priorizar la reincorporación de las mujeres paraguayas al desarrollo económico más allá de los discursos, desde el apoyo en la financiación a corto plazo hasta las estrategias de empleo y/o generación de ingresos a mediano plazo, con especial foco en las mujeres marginadas y en situación de pobreza; y se debe garantizar la voz de las mujeres a través de su representación en los organismos y procesos de toma de decisiones.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
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