En ocasiones tendemos a subestimar nuestras capacidades. Creemos que aquello que podemos hacer bien o que se nos da de manera natural no es suficiente para aportar al equipo o grupo del que formamos parte. Todos tenemos muchas cualidades y talentos en bruto esperando a ser descubiertos para explotar su potencial. La cuestión es… ¿cómo logramos esto?
Nos impresionaría saber cuántas son las fortalezas que tenemos y que no cultivamos sencillamente porque no las tenemos identificadas o nuestro foco está en otras. Emplear nuestros mejores talentos para trabajar, construir y generar un cambio en nuestra comunidad es lo que nos motivará a seguir descubriendo la mejor versión de nosotros mismos. En este Pulso Clave proponemos algunos tips que pueden colaborar con el objetivo de ir descubriendo ese as bajo la manga que cada uno tiene:
1. Un tiempo para reflexionar: la mayoría del tiempo estamos tan inmersos en la rutina y ritmo acelerado que nos exigen las tendencias actuales, que se nos olvida lo importante que es dedicar al menos veinte minutos a parar la pelota, estar en silencio y pensar. Tener ese instante a solas para evaluar nuestra realidad personal.
2. El adiós a la zona de confort: ¿a quién no le gusta seguir en un camino que ya conoce, desde sus pequeños baches hasta los impensados recovecos? Este punto no se trata de un cambio radical de 180° grados, sino de una decisión a la vez. De no estancarse y sobre todo animarse a dejar la burbuja y explorar experiencias significativas y enriquecedoras. Salir de la zona de confort cobra sentido si le damos un significado al cambio, al desafío.
3. Lista de fortalezas y oportunidades de mejora: al principio puede costarnos un poco identificarlos, podríamos arrancar con preguntas guías como: ¿en qué soy bueno? ¿qué me cuesta? ¿qué me sale mejor cuando estoy concentrado? ¿qué me disgusta y hasta lo evito? Ir respondiendo esas preguntas nos ayudarán a conocer nuestras cualidades y aquellas oportunidades de mejora que podrían convertirse en fortalezas más adelante. Autoevaluémonos y no solo en el ámbito profesional, consideremos también todos los demás.
4. Preguntar e indagar: no tengamos miedo de preguntar a las personas más cercanas que tenemos (familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.) cuáles son los talentos que ellos ven en nosotros. Aquellas respuestas que más frecuentes sean, serán aquellos que nos caracterizan hoy en día. También debemos estar listos para escuchar los puntos que nos cuestan más y que a lo mejor no estamos siendo plenamente conscientes de ellos.
5. Actitud y aptitud: todos los tips que hemos propuesto se resumen en este, actitud para descubrir quiénes somos y aptitud para asimilarlo.
Este proceso personal implica dejar de lado el ego y visualizarnos como lo que somos, seres humanos con una gran inquietud de conocer más a fondo qué nos hace únicos, recordándonos una vez más lo valiosos que somos independientemente de la etapa personal y profesional en la que estemos. Existen herramientas psicotécnicas muy interesantes que pueden ayudarnos a conocernos mejor, si te interesa conocer más al respecto podés contactar con nosotros.
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