Quizás este tema te evoque alguna política de algunas empresas de no permitir parejas trabajando en la misma organización. Pero hoy, de caras al día donde se celebra el amor (14/02), queremos introducir una nueva mirada...
Y para esto, hoy nos referiremos a Amor como “Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona a la que se le desea todo lo bueno”.
Hace unos meses, en una de las reuniones gerenciales, un miembro del equipo comentó que estaba leyendo el libro “Los cinco lenguajes del amor”, de Gary Chapman. Le preguntamos de qué trataba y respondió que hablaba de que cada uno tiene un “idioma nativo” con el cual se expresa y que la magia está en decodificar el idioma utilizado por la otra persona a la que se quiere, para entenderse mejor y ser felices.
También nos comentó que, si bien el libro está redactado para parejas, él creía que podía ser aplicable a cualquier relación y que en su caso lo aplicaba incluso con sus hijos.
Los 5 lenguajes del amor identificados serían:
1. Palabras de afirmación, positivas
2. Tiempo de calidad
3. Regalos
4. Actos de servicio
5. Toque o contacto físico
Los lenguajes son de por sí explicativos...
Con esta introducción, nos pusimos a pensar juntos cómo se vivirían estos lenguajes en el ámbito laboral, cuál era nuestro propio idioma nativo individual y el impacto en nuestro equipo y en nuestros clientes. ¿Cómo saben o sabrán que los queremos? Fue la pregunta que nos inundó.
Analizamos que, así como en todo proceso de comunicación, el emisor del mensaje es responsable de que llegue la idea correcta a su interlocutor, también en este contexto se necesita poder “hablar” el idioma del amor que usa el otro, no el mío predeterminado. Y que esto requiere entrenamiento y práctica.
Todos los seres humanos somos diferentes y por lo tanto tenemos diferentes maneras de expresarnos. La demostración de afecto o amor no es la excepción. Por eso requiere de autoconocimiento y de prestar atención al otro.
A continuación, proponemos algunas preguntas de reflexión, para que puedas poner foco al tema. No es necesario que saques conclusiones rápidas o propósitos tajantes. El simple hecho de pensar en el tema traerá aparejadas conductas vinculadas.
Al pensar de amor en el ámbito laboral, ¿qué creencias limitantes o juicios debo poner en pausa?
¿Siento y disfruto de las interacciones y relacionamiento interpersonal en el ámbito laboral?
¿Cómo despliego o comparto mis lenguajes del amor nativos en la oficina?
¿Me siento querido y respetado en mi lugar de trabajo?
¿Qué seguros personales tomo para que el exceso de trabajo, presiones, plazos, exigencias no afecten mi lado humano?
¿Qué me molesta respecto a este tema? ¿Qué dice esto sobre mí, sobre mis miedos, mis paradigmas?
¿Puedo crear algún “rito” que me ayude a vivir con mayor intensidad y alegría el trabajo?
¿Cuándo fue la última vez que dije alguna frase motivadora a alguien de la oficina?
¿Hace cuánto no me tomo “tiempo de calidad” con el equipo?
¿Qué demostración tangible o concreta (regalo) se me ocurre que puedo introducir al ámbito laboral? (¡Sí, sí! las masitas dulces para el café de la siesta en día lluvioso también son buena opción)
¿Estoy pendiente a lo que el otro necesita?
En este tiempo de pandemia, donde los abrazos están limitados, ¿cómo superar la barrera del contacto físico?
Y por último...
Hoy, ¿qué demostración de amor podés dar a alguien de la oficina?
Pd: con amor, la energía fluye, la productividad se incrementa y los resultados llegan.
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