La importancia de tomar conciencia de nuestra condición de aprendices.
El otro día, hablando con alguien del equipo, me señaló que una determinada conducta no era la habitual, la predecible. Fue entonces cuando le dije jocosamente: “Era un experimento social” y juntos nos reímos cuando me dijo: “¡Soy un cobayo!”
A partir de ahí vino una serie de reflexiones que nos llevaron a pensar en que todos somos realmente “cobayos” en esta vida, en determinadas situaciones, aspectos, roles o desafíos. Esta vida es un gran experimento. ¿O no?
Y está genial sentirnos permanentemente con mentalidad de aprendices: expectantes, atentos, deseosos de nuevas experiencias. Además, nos recuerda la humildad y oportunidad de poder crecer y aprender de los demás.
Así como los contextos cambian, también cambiamos nosotros. Ante mismos estímulos “del experimento”, normalmente responderemos de manera similar, salvo q haya cambiado nuestra mirada o nuestro abordaje. Todavía recuerdo, hace unos años, un día en que estaba de vacaciones, le elogié a mi vecino la “nueva” planta de su balcón. Y me dijo: “¡Es la misma de hace dos años!”. Ahí caí en la cuenta de la importancia de “estar presentes” y poder renovar nuestra mirada permanentemente.
Un nuevo año naturalmente renueva las miradas. Es una ocasión de poder recalibrar las prioridades, los enfoques, de elegir conscientemente algunas áreas en las cuales sentirnos “cobayos o aprendices”, de decidir pasar por procesos de “experimentos”, pruebas, ensayos, errores. Y vos... ¿en qué te sentís cobayo hoy?
Si no te sentís aprendiz en ningún aspecto de tu vida, hoy te invito a elegir tu apuesta 2021, aquella en la que sepas que pasarás por metamorfosis, miedo, satisfacción, incertidumbre, alegría. Elegí intencionalmente al menos un experimento que te haga crecer como profesional y como persona. A lo largo del año habrá muchos más experimentos que irrumpirán y llegarán sin consultarte. Ejercitémonos a ser aprendices cada día.
Silvia Fretes Carmagnola
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