Al cierre del primer semestre del corriente año, los ingresos totales sumaron Gs. 14,4 billones, 12,5% menos a lo registrado en el mismo periodo del año anterior, mientras que los gastos ascendieron a Gs. 17,3 billones, con una inversión presupuestada en Gs. 3,1 billones, acumulándose así un déficit fiscal de Gs. 5,9 billones, lo que representa 2,5% del Producto Interno Bruto (PIB), 0,3 puntos porcentuales menos comparado al 2,8% en el 2019.
La caída del ingreso total del Estado paraguayo se debe principalmente a la menor recaudación de los ingresos tributarios debido a la crisis actual que dificultó la capacidad de pago de los tributos de los agentes en 15,4%, considerando que estos representan el 67% del total. Así también, el sector otros ingresos presentó una disminución en 32,9%, lo que se debe principalmente a la caída de los ingresos en concepto de regalías de las binacionales, lo que se explica por la menor demanda de energía en los países vecinos.
Por otra parte, uno de los principales motivos del aumento de los gastos totales se presentó en las prestaciones sociales, las cuales aumentaron 57,3% y representaron el 24% del total de los gastos, esto se debe a que actualmente incluyen el apoyo a programas sociales como Pytyvo, Tekoporá, Adultos Mayores y Jubilaciones bajo la Ley de Emergencia, así como el sector denominado otros gastos, el cual aumentó 26,8% debido a que incluye los aportes a Ñangarekó. Por otra parte, la remuneración a empleados tuvo una participación de 46% del total, y su incremento se dio en 5,9%.
Es así que, en el contexto actual, el Estado debería ver la manera de no solo aumentar los gastos públicos, sino de llevar a cabo un plan de acción que ayude a invertir en la reactivación económica de la manera más eficiente a modo de no comprometer la capacidad de pago de los préstamos a los que se han incurrido para mitigar los efectos causados por la crisis económica.
Fuente: Elaboración MENTU con datos de Situfin
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