Muchas veces desde Mentu, hemos encontrado tomadores de decisión frustrados a causa de los planes estratégicos de sus empresas; ya sea porque los mismos no son realmente planes estratégicos, porque no se ajustan a las necesidades de los gerentes, o simplemente porque los mismos han quedado obsoletos a causa de la crisis del COVID-19.
Por este motivo, decidimos identificar algunas trabas comunes dentro de las estrategias de negocios y luego comunicar recomendaciones que contribuyan a resolverlas. En base a nuestra experiencia, el feedback de nuestros clientes y la investigación de especialistas en el área, hemos identificado los siguientes inconvenientes en las estrategias de negocios:
Muchas de las “estrategias” no son estrategias. A menudo, muchas de ellas son en realidad metas. Las metas no indican concretamente que harás, sino que apuntan a un resultado deseado. Por lo tanto, de igual manera necesitarás una estrategia, o un paso a paso, para alcanzarlo. En otros casos, las llamadas “estrategias” en la práctica pueden representar simplemente algunas prioridades y decisiones de la empresa que no conforman una estrategia coherente en conjunto.
La restricción del calendario. De acuerdo a Mankins y Steele, el 66% de las empresas que han encuestado indicaron que la planificación dentro de sus organismos es un evento periódico. Sin embargo, al forzar la planificación estratégica a un ciclo anual corren el riesgo de que la misma se vuelva obsoleta; ya que los ejecutivos toman muchas decisiones importantes a lo largo del año. El tiempo y la calendarización son dos inconvenientes en un calendario rígido. Por un lado, el problema del tiempo indica que un programa de planificación de una vez al año no otorga a los ejecutivos el tiempo suficiente para abordar todos los temas esperados. Por otro lado, el problema de la calendarización representa un inconveniente debido a que en la realidad, los jefes, gerentes y supervisores toman decisiones de forma continua; frecuentemente motivados por una necesidad inmediata de actuar. Dentro del contexto actual, por ejemplo, con la llegada de la crisis sin precedentes del COVID-19, líderes de empresas han visto la necesidad de tomar decisiones de suma importancia y con extrema urgencia.
El efecto “unidad de negocio”. Según Mankins y Steele, dos tercios de los tomadores de decisión encuestados afirmaron que la planificación estratégica de sus empresas se realizaba “negocio por negocio”. Sin embargo, el 70% de ellos respondió que toma decisiones “tema por tema”. En base a estos resultados, observamos una vez más que la estrategia se encuentra desajustada a la toma de decisiones en la práctica.
Ciertamente, la estrategia de negocios a menudo se encuentra desconectada de la manera en la que líderes empresarios toman decisiones en la práctica. Sin embargo, existen maneras de corregir este proceso para obtener su máxima utilidad. ¡Es por eso que a continuación presentamos algunas soluciones!
Comunica tu lógica. Además de enfocarte en cuáles son los pasos dentro de tu estrategia, debes dedicar igual tiempo a explicar la lógica detrás de ellas. Lo que necesitas es un conjunto limitado de opciones que encajen entre sí. De esta manera, las mismas serán fáciles de comunicar, tus empleados las recordarán e influenciarán su comportamiento.
Abraza el cambio. Otra razón por la cual muchos esfuerzos de implementación fallan es porque los mismos intentan cambiar los hábitos de la gente. Los hábitos no cambian simplemente al pedirle a los demás que actúen de una manera distinta. Por lo tanto, identificar y contrarrestar los malos hábitos que previenen la implementación de una estrategia no es fácil, pero hay varias prácticas que pueden funcionar. Una de ellas puede involucrar aceptar clientes difíciles o proyectos que encajan con tu nueva estrategia; de esta manera, se desencadenará un aprendizaje a lo largo de la empresa. También podrías involucrar la movilización de empleados a diferentes áreas; a modo de interrumpir sus hábitos de trabajo y exponerlos a distintas maneras de realizar las cosas.
Enfócate en pocos temas claves. Podría ser beneficioso enfocar las discusiones sobre estrategia en un número limitado de problemas o temas importantes. Sin embargo, es importante que los mismos abarquen a múltiples negocios.
Desarrolla la estrategia continuamente. Los mejores planificadores de estrategias extienden las revisiones de la estrategia a lo largo del año. De esta manera, los tomadores de decisión pueden enfocarse en un tema a la vez hasta alcanzar un conjunto de decisiones deseado. A la vez, de esta manera, los mismos pueden confiar en un solo proceso de planificación estratégica para impulsar la toma de decisiones en la empresa.
Apunta a producir decisiones reales. Los obstáculos más comunes en la toma de decisiones son los desacuerdos entre jefes, gerentes y supervisores. Por lo tanto, es importante estructurar las sesiones de revisión de estrategia para superar estos desacuerdos y ajustar el plan lo máximo posible a la manera en que ocurren las tomas de decisiones en la realidad.
De acuerdo a Mankins y Steele, un pequeño número de empresas se ha deshecho de sus estrategias basadas en el calendario y enfocadas en las unidades de negocio. Como consecuencia, las mismas toman casi el doble de decisiones estratégicas importantes al año que las compañías que siguen el modelo de planificación tradicional. Hoy, la competitividad del mercado aumenta rápidamente y cada vez se valora más la velocidad como una ventaja competitiva. Por lo tanto, es importante que la toma de decisiones importantes dentro de una empresa sea lo más eficaz posible a través de un buen plan estratégico.
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