Desde el punto de vista de los sectores institucionales de una economía, las sociedades financieras son aquellas dedicadas principalmente a prestar servicios de intermediación financiera. La producción de servicios financieros es el resultado de dicha intermediación, la gestión del riesgo financiero, la transformación de la liquidez y/o las actividades financieras auxiliares.
El sector de intermediación financiera creció 4,8% en el 2019, aportando el 5,6% al Producto Interno Bruto (PIB), mientras que su crecimiento promedio en los últimos 10 años fue de 5,5%. Sin embargo, este ritmo de crecimiento se vería afectado tras la llegada del Covid-19 en la economía.
El cese de actividades económicas como consecuencia de las medidas impuestas por el Gobierno para mitigar la propagación del virus tuvo un mayor impacto en los sectores vulnerables de la economía, así como en las micro, pequeñas y medianas empresas, generando menores ingresos, situación que se pretendió atender con las medidas impuestas por el Banco Central del Paraguay (BCP) a fin de insertar mayor nivel de liquidez en el mercado financiero mediante la disminución del encaje legal y la reglamentación de otros instrumentos como las operaciones de reporto, así como mediante la reducción de la Tasa de Política Monetaria hasta 1,25%, lo que pretendía propiciar la reducción de las tasas de interés activas en el sistema financiero.
Estas medidas tenían como objetivo abaratar los costos de acceso a créditos a modo de ayudar a solventar los gastos de los agentes. Sin embargo, a marzo del corriente año, la concesión de préstamos aún no era la esperada. Esto se podría explicar por la incertidumbre que genera el panorama general sobre pagos futuros, es de esperar que las entidades se encuentren con cierta aversión al riesgo.
Así, se estima un menor crecimiento en los ingresos de algunas entidades financieras comparando con el año anterior debido a que la incertidumbre ante la crisis genera un mayor riesgo para aquellas que presentan menor dinamismo de crecimiento en sus utilidades a distribuir, no solo considerando la menor variación en concesión de créditos nuevos, sino también por el menor spread que se genera ante el mayor crecimiento de depósitos contra los créditos en el sistema. Sin embargo, aquellas pocas que se encuentren entregando mayor cantidad de préstamos, por las estrategias de ventas implementadas, es posible que obtengan mayor nivel de ingresos comparado las entidades financieras mayormente afectadas.
De esta forma, estas últimas requerirán contratar personal para abastecer el servicio, mientras que otras es posible que recurran al cese de contrato de los trabajadores al no contar con demasiado movimiento por lo que el crecimiento en remuneración de este sector sería estable.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, Mentu estima un crecimiento del sector intermediación financiera en torno al 1,6% en el 2020 en comparación al 2019. Por esto, sería importante establecer mecanismo para agilizar el registro de las empresas informales, flexibilizar los requisitos para el acceso a los créditos a modo de llegar a un mayor número de futuros clientes, así como también, el Estado debería generar un fondo de garantía para diversos sectores de la economía, incluyendo grandes empresas de modo a que las entidades financieras mitiguen el riesgo que genera la incertidumbre acerca de la capacidad de pago futura del prestatario a la hora de la concesión de los créditos.
* Estimaciones de Mentu
Fuente: Elaboración MENTU en base a datos del BCP
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