Según un reciente estudio del Banco Mundial, las remesas a nivel global ascenderían a alrededor de USD 572.000 millones en 2020, lo que significaría una caída en torno al 19,9% con respecto al año pasado.
Esta disminución representa una de las mayores de todos los tiempos y se explica porque la caída de los ingresos y el empleo de los trabajadores migrantes tiende a ser profunda durante una crisis económica en el país de acogida.
Las remesas en los países en desarrollo representan una elemento importante para paliar la pobreza y mejorar los indicadores de nutrición y educación. La menor entrada de divisas por esa vía, afectaría los ingresos de las familias vulnerables en América Latina y el Caribe, y, por ende, su bienestar y su consumo.
En Paraguay, según la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos (DGEEC), más de 137 mil personas reciben en promedio cerca de USD 100 por mes. Si este ingreso de las familias se interrumpe o disminuye significativamente, los subsidios del Estado serían más demandados.
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