En las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la directora del FMI, Kistalina Georgieva, ha hecho hincapié en la serie de factores que están convergiendo para frenar el crecimiento de las principales potencias mundiales.
Georgieva destacó la necesidad de iniciar acciones específicas para Europa y China. La primera, enfrenta desafíos relacionados con el envejecimiento de la población y la baja asignación de capital. En este sentido, mencionó la oportunidad de incrementar la inversión en capital humano y abrir la puerta a la innovación.
Por otro lado, China se encuentra en una encrucijada debido a la desaceleración de la demanda interna provocada por la crisis inmobiliaria. La directora mencionó la limitante del modelo económico impulsado por inversiones y exportaciones, señalando que el país asiático debería estimular el gasto de los consumidores. Para ello requiere salir de la crisis inmobiliaria y expandir la red de seguridad social a fin de aumentar la confianza del consumidor y promover un cambio hacia un modelo económico más sostenible y equilibrado.
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