Una organización puede mejorar el rendimiento de sus colaboradores a través de las expectativas que se depositan en ellos. El talento humano percibe la confianza que se les ha brindado y, como beneficio, aumenta su rendimiento y está más motivado a realizar sus funciones.
Ingredientes del Efecto Pigmalión: una historia antigua, un mito griego, el deseo de un escultor de convertir una estatua que había hecho en una persona. Se ha interpretado en la vida real, cuando las creencias, expectativas u opiniones que una persona tiene sobre otra es capaz de influir sobre su rendimiento en el área social, profesional o educativa.
Con el paso del tiempo el efecto Pigmalión se ha convertido en una técnica – en la mayoría de las organizaciones -, con el objetivo de transmitir confianza a sus equipos. En el ámbito laboral, es la imagen que tiene un líder de sus colaboradores, y los trata según ella.
El efecto Pigmalión es llamado también “El poder de las expectativas”, y funciona de la siguiente manera:
Se conocen 2 tipos de Efecto Pigmalión laboral:
Es un tipo de expectativa saludable sobre el colaborador. Se trata al talento humano de forma positiva para animarlo a desarrollarse en la organización.
Conocido también como Efecto Golem. Se origina cuando el líder de una organización es demasiado exigente, intransigente, inflexible y poco cálido, además ejerce una influencia negativa sobre el colaborador que lo hace dudar de sus habilidades y que tenga inconvenientes a la hora de ejecutar el trabajo.
La aplicación del efecto Pigmalión en el ámbito laboral puede ser exitosa. Las creencias positivas y optimistas acerca de los colaboradores permiten alcanzar objetivos e incrementar el rendimiento en la organización.
“Todos somos genios… pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. Albert Einstein
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