La informalidad laboral incluye a trabajadores que no aportan al sistema de jubilación, empleadores y cuentapropistas que no tienen RUC y trabajadores familiares no remunerados.
Al cierre del 2022, el 63% de la población ocupada no agropecuaria trabajaba en esta condición, es decir, 1.847.688 personas. De los ocupados informales, 54% eran hombres y 46% mujeres, el 71% residía en el área urbana y el 38,9% eran jóvenes de 15 a 29 años.
Por edades, 72,1% de los jóvenes de 15 a 29 años se encontraba en informalidad, siendo el grupo más afectado el de 15 a 19 años, con el 95,4% de ocupados informales. La informalidad entre los jóvenes limita sus ingresos, así como sus posibilidades de invertir en su formación, lo que afecta al desarrollo del país.
Por otro lado, el 97,6% de los empleados domésticos y el 79,3% de quienes trabajaban en empresas de 2 a 5 empleados se encontraban en condición informal. El grado de informalidad en las micro y pequeñas empresas es elevado, por lo que es importante diseñar políticas públicas que las asistan, para mejorar su gestión y las condiciones de sus empleados
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