En algún momento a todos nos ha tocado enfrentar variadas y complejas situaciones de cambio, requiriendo cada una de ellas de respuestas muy diferentes para poder asumirlas con éxito o, en el peor de los casos, minimizar su impacto para lograr sobrevivir en un mundo cambiante como el actual.
Partiendo de esta interesante visión de ver los cambios como oportunidades de mejorar, nos permitimos destacar los siete estadios de la reacción al cambio, desarrollados por Graham Wilson en Making Change Happen, a los fines de poder apreciar las distintas fases que debemos asumir a nivel personal, con sus respectivas variaciones en la autoestima, al momento de enfrentar las nuevas realidades, retos y desafíos que comporta todo proceso de cambio:
1) Parálisis:
Se percibe el cambio como algo amenazador y desafiante, frente al cual nos sentimos desorientados, abrumados, no sabemos qué hacer ni qué decir.
2) Negación e incredulidad:
Se manifiesta como respuesta de minimizar tanto el cambio como sus efectos, ya sea trivializándolo o negándolo por completo, convirtiéndose en factor de resistencia.
3) Dudas propias y emociones:
Una vez conscientes de la necesidad de cambiar, nos enfrentamos a una situación de inseguridad e impotencia frente a los nuevos retos, en donde podemos pensar que las cosas han escapado de nuestro control, trayendo consigo una alta carga de emociones y sentimientos encontrados, frustraciones y dudas sobre nuestra propia capacidad para controlarlas.
4) Aceptación del cambio:
Se considera esta etapa como el punto más bajo de nuestro amor propio, en donde aceptamos el cambio por lo que representa en sí mismo. El proceso de aceptación puede ser lento, con una gran cantidad de altibajos y retrocesos, hasta el momento en que finalmente cortamos nuestras conexiones con el pasado para asumir los nuevos desafíos.
5) Adaptación y pruebas:
En la medida en que nos adaptamos al medio ambiente generado por el proceso de cambio, se despiertan nuevas energías en nosotros que nos permiten visualizar enfoques y formas alternativas para asumir los retos.
6) Búsqueda de un significado:
A pesar de haberlo aceptado, nuestra visión del cambio puede diferir sensiblemente de la realidad o de las circunstancias que nos ha tocado enfrentar, planteándonos como interrogante adónde nos conducirá todo ello y si estamos, o no, conformes para asumirlo.
7) Interiorización:
Después de haber aceptado el cambio, adecuarnos a él y encontrarle un significado.
Saber cómo adaptarse a los cambios es muy importante, no solo en momentos clave de nuestras vidas, como la entrada a un nuevo lugar de trabajo o la llegada del primer bebé, sino también en situaciones mucho más cotidianas, como entablar conversaciones con personas que no conocemos, proponernos un plan de ahorro o similar. El desafío es hacer a un lado la resistencia y fluir con los aprendizajes que traen consigo los cambios.
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