Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se ha observado un aumento sostenido de la proporción de jefatura de hogar ocupada por mujeres. Al cierre del 2021, la cifra del género femenino asciende a 39,1%, mientras que los hogares con jefatura masculina, se reduce a 60,9%.

Este resultado se produjo pese a que las mujeres fueron las más afectadas por la crisis causada por la Covid-19, por lo que se vieron excluidas del mercado laboral o tuvieron que aceptar empleos en condiciones menos favorables permaneciendo subocupadas.

En el caso de las mujeres jefas de hogar, más de la mitad no ha culminado la formación secundaria. Además, el 40,9% pertenece al área rural y el 85% cuenta con ingresos menores al salario mínimo lo que refleja la vulnerabilidad de permanecer en esta condición.

Estos datos visibilizan las desigualdades existentes. Cuanto más se incremente la brecha de género, persistirán mayores desventajas para las mujeres.