Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las transferencias monetarias a la población vulnerable evitaron que 139 mil personas cayeran en situación de pobreza en el 2021.
Sin dichas transferencias, la tasa de pobreza total habría sido 28,8% en lugar de la de 26,9% finalmente registrada. Por su parte, la tasa de pobreza extrema habría sido 1,4 puntos porcentuales mayor a la registrada y se hubiera ubicado en 5,3%. Los programas con mayor beneficio a este grupo fueron Tekoporã y Adultos Mayores.
El fortalecimiento de las transferencias no debe ocultar la importancia de continuar promoviendo otras medidas relacionadas con una perspectiva integral de la política social, que propicie la igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país.
En ese sentido, cabe señalar que el ingreso del 10% más pobre de la población representa solo el 6% del correspondiente al 10% más rico. Esto implica diferencias en el acceso a bienes y servicios necesarios para el desarrollo personal que beneficie al país.
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