Han transcurrido dos años y el home office se ha colocado como un aliado de las organizaciones. La pandemia del Covid19 provocó que nos replanteáramos muchas cosas a nivel personal, profesional y social. Lo que anteriormente era practicado por algunas empresas, hoy es una realidad para muchas y de variados rubros… el home office. Si bien es una opción que se apuntaló con este marco sanitario, también es un desafío para las organizaciones y sus colaboradores.
Elegir e implementar el home office fue una gran novedad para muchas empresas. Se venía hablando de esta modalidad de trabajo como una del futuro o ideal para ciertos tipos de servicios, en la actualidad quedó demostrado que el home office (siempre que sea posible) es una opción y una realidad para seguir operando.
Aunque paulatinamente muchas organizaciones van retornando a las oficinas, hay otras que siguen optando por esta modalidad de trabajo. En un Pulso Clave anterior mencionábamos los beneficios del home office, aprovechamos este espacio para hablar de la otra cara de la misma moneda. De acuerdo a la experiencia con clientes y el equipo, hemos notado que durante estos dos años de nueva normalidad hay desafíos que asumir para mantener firme la delgada línea que separa el plano laboral del personal. ¿Cuáles son algunos de esos desafíos?
1. Distracciones: las pantallas extras (televisor, celular, ipad etc), las tareas domésticas, los hijos, las mascotas y la lista sigue… pueden ser factores de distracción que provoquen la disminución en la productividad, motivación y foco de atención. Escenario ideal, contar con un espacio ambientado especialmente para trabajar y si es posible… con auriculares para como método para alejar el ruido ambiental.
2. Débil organización: en la casa no hay un supervisor o compañero de equipo que esté siguiendo paso a paso los avances de un trabajo, la persona que hace home office es autónoma y debe lidiar con la organización de su propia agenda laboral son que se resienta el servicio a pesar de los compromisos domésticos. Es posible sobrellevar esto con una buena planificación.
3. Inconvenientes técnicos: ¿a quién no le ha pasado estar en una reunión virtual y que la conexión haya caído sin previo aviso? O ¿extrañar un poquito la comodidad del escritorio que usaba en la ofi? Son y fueron aspectos que las personas han ido sorteando para así llegar con los entregables comprometidos en tiempo y forma. En este punto, muchas organizaciones acompañaron el proceso facilitando herramientas muy útiles a sus colaboradores… ejemplo: celulares corporativos con paquetes de datos entre otros.
4. Comunicación intermitente: en este punto la mayoría de las organizaciones se vieron obligadas a desarrollar varios canales comunicacionales, por ejemplo, espacios colaborativos en plataformas digitales y similares que han facilitado la comunicación fluida entre los miembros del equipo. Es importante que el flujo de comunicación sea el adecuado para que la eficiencia y motivación del equipo no se vea afectado.
5. Horario flexible: aunque esta frase suele ser identificada como un beneficio en las organizaciones, es un desafío a conquistar cuando se debe lograr el equilibrio entre las responsabilidades laborales y las personales sin salir de casa. Este punto está muy vinculado al compromiso y responsabilidad de cada uno.
Lograr el balance entre las responsabilidades laborales y la vida doméstica es posible, prueba de ello las muchas organizaciones que han experimentado los buenos resultados con esta modalidad de trabajo. Nos hemos adaptado, crecido y desarrollado tanto en poco tiempo que, “los nuevos tiempos” de ayer, hoy son nuestra realidad.
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