La pobreza y la informalidad laboral se vinculan estrechamente con el nivel de ingreso. Los trabajadores que actúan en el sector informal de la economía perciben ingresos inferiores con relación al sector formal, además de carecer de los beneficios de la seguridad social y la protección de las leyes laborales .
Del total de trabajadores formales 3,2% está debajo de la línea de pobreza y ninguno presenta tasas de pobreza extrema. De los ocupados informales 17,8% son pobres y 1,3% son pobres extremos lo que indicaría que más de 340.000 trabajadores informales no tienen los ingresos suficientes para satisfacer una canasta básica de consumo alimenticio y de bienes.
Es esencial implementar políticas públicas que mejoren las condiciones laborales vigentes, sancionar a las empresas que no registren a sus empleados en Instituto de Previsión Social (IPS), facilitar la inscripción en el Registro Único de Contribuyentes (RUC) así como ofrecer a las empresas formales incentivos como acceso a créditos y capacitación técnica para mejorar la productividad.
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