E-mail: economia@mentu.com.py
Paraguay experimenta un deterioro de la situación laboral y empeoramiento del panorama de los ingresos, este hecho se evidencia principalmente en el aumento de la pobreza con elevadas tasas de informalidad laboral en el 2020.
Enfoques conceptuales de la informalidad
Según el enfoque productivo, la informalidad sería consecuencia de la incapacidad de la economía de generar una cantidad suficiente de puestos de trabajo formales con relación al crecimiento de la fuerza laboral. Usualmente, el sector informal se encuentra asociado a unidades productivas pequeñas con relativamente bajos niveles de productividad y donde el objetivo es la supervivencia, más que la acumulación de capital.
Por otra parte, el enfoque laboral se refiere a una dimensión particular de la informalidad debido a que se centra específicamente en las condiciones laborales. En particular, este enfoque asocia la informalidad con el incumplimiento de las regulaciones laborales, que afecta principalmente a los trabajadores no cubiertos por la legislación laboral vigente.
Relación entre ingresos, informalidad y pobreza
Existe una diferencia cuando se analiza la disminución de los ingresos laborales de cada sector. En general, los sectores con menores ingresos se asocian mayormente a la informalidad económica, y son estos que han sufrido mayor deterioro salarial en los últimos años.
Por lo general, los trabajadores que presentan mayores tasas de pobreza se desempeñan en actividades laborales menos productivas, empleos inestables, establecimientos no registrados y cuyo funcionamiento se vio mucho más restringido durante el período de cuarentena debido a la dificultad de acceso a créditos y otros tipos de asistencias por la falta de formalización.
Pobreza e informalidad en el mercado laboral paraguayo
La mayor parte de los ocupados formales se encuentran la categoría de no pobre, eso quiere decir que el 96,8% de los individuos que actúan en el sector formal superan la línea de pobreza, mientras que en el caso del sector informal el 80,8% de los empleados en el mismo no son pobres.
Por otro lado, en la categoría de pobreza no extrema se encuentra un elevado porcentaje de trabajadores informales (17,8%), eso significa que 318.332 personas, que no logran satisfacer una cesta básica de consumo alimenticios y no alimenticios, se encuentran trabajando en el sector informal. Adicionalmente, el 1,3% de los ocupados informales pertenecen a la categoría de pobreza extrema, esto quiere decir que el ingreso de 23.619 personas que trabajan en el sector informal es insuficiente para satisfacer la cesta básica de alimentos. Por otra parte, el porcentaje de ocupados formales que se encuentra debajo de la línea de pobreza es del 3,2%.
Las tasas de pobreza e informalidad laboral del país en el año 2020 alcanzaron el 26,9% y 65,6% de la población total, respectivamente. Esto señalaría que la pobreza está relacionada con el empleo, desde el momento en que las mejores condiciones laborales y salariales permiten a la persona alcanzar un nivel de ingreso mayor para superar la línea de pobreza.
Conforme a los resultados observados, un elevado porcentaje de la población ocupada informal se encuentra en la pobreza, y este hecho debe ser objeto de análisis del Estado con miras a la aplicación de políticas públicas laborales que beneficien a los empleados y empresas, especialmente a las MiPymes, ya que son estas la que generan mayor número de puestos de trabajo en el país.
En ese contexto, sería conveniente mejorar las condiciones laborales vigentes, aplicar sanciones a las empresas que no registran a sus empleados en el sistema de seguridad social (IPS), facilitar la inscripción de las empresas al registro único del contribuyente (RUC) y ofrecer incentivos como el acceso a créditos y capacitación técnica para mejorar la productividad y beneficios a las empresas formalizadas.
Ya estás suscripto