Las organizaciones que están atentas a los cambios en el marco competitivo, asimilando además que podrían darse situaciones donde sea necesario restablecer sistemas u operaciones fallidas, tienden a ser aquellas que destacan por la desarrollada resiliencia que poseen. ¿De qué manera reconocemos a una organización resiliente? Te invitamos a leer más al respecto.
“La Resiliencia Organizacional es la capacidad de una organización para absorber un entorno cambiante y adaptarse a él, de modo que pueda cumplir sus objetivos, sobrevivir y prosperar” Norma ISO 22316.
El ámbito de las organizaciones se está volviendo cada vez más impredecible, rápido y muy dinámico por lo que responder de manera eficaz ante las demandas que emergen es sumamente importante, de lo contrario la empresa pondría en riesgo su sostenibilidad en el tiempo. En la norma ISO 22316 hace referencia a los principales atributos que hacen que una organización sea catalogada como resiliente. A continuación, compartimos aquellos más resaltantes:
Liderazgo eficaz y empoderado: este tipo de liderazgo se caracteriza por crear y fomentar espacios dentro de la organización con el fin de generar más líderes que sean capaces de llevar adelante proyectos o desafíos de la empresa. Por lo general el líder eficaz y empoderado es aquel que puede adaptarse a cualquier tipo de circunstancias y sabe hacer uso de diversos recursos con tal de llegar a los objetivos organizacionales.
Cultura Organizacional: si la cultura organizacional no favorece la resiliencia, entonces todo estará encaminado por el camino equivocado. Es imprescindible que la cultura acompañe el compromiso de todos los miembros del equipo con: valores, creencias, actitudes, y comportamientos positivos. Incluir a las personas en este proceso marca una gran diferencia a favor de la empresa. El sentirse parte de la organización va mucho más allá de tener un contrato firmado o un correo corporativo.
Información y conocimientos compartidos: fomentar el aprendizaje continuo en los espacios compartidos a través de las distintas experiencias con clientes y/o proyectos, es el escenario ideal para que una organización fortalezca e impulse mucho más la gestión de conocimiento de todos los miembros del equipo.
Disponibilidad de recursos: cada organización cuenta con un sinfín de recursos, éstos pueden ser: personas, instalaciones, tecnologías, información, financiación entre otros para hacer frente a las demandas que surjan en un contexto inestable o cambiante. El desafío es saber gestionarlos en tiempo y forma.
Fomentar la mejora continua: la consigna para lograr este atributo es el de hacer seguimiento continuo a las mejoras a través de indicadores que colaboren con la meta de evaluar los progresos dentro de la organización.
La norma ISO 22316 propone un muy interesante reto para los líderes de las organizaciones que deseen destacar como resilientes. Parte de ese reto es más que tomar la decisión de evaluar la resiliencia organizacional, es llegar a la acción con el primer paso hacia el objetivo final… ser una organización resiliente.
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