La proyección de crecimiento económico mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el 2021 se ha revisado a la baja hasta 5,9%, menor en 0,1 punto porcentual (p.p) a las previsiones de julio.
Dicho ajuste se debe a los obstáculos generados por la pandemia, a causa de la variante delta que impide volver a la normalidad total. A ello se suman los problemas de logística, que afectan a las cadenas de suministros, estimulan a la inflación y contribuyen al deterioro de las economías avanzadas.
Por otro lado, en los países de bajos ingresos se registra un entorno poco favorable a causa de la pandemia, lo que también contribuyó a la baja de la estimación global. En contrapartida, las perspectivas para algunos países emergentes y en desarrollo resultan favorables por la suba de los precios de la materia prima.
Las divergencias en las perspectivas económicas continúan siendo motivo de preocupación debido a las disparidad de acceso a las vacunas y a la falta de políticas de apoyo.
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