Por lo general las palabras Inclusión e Integración suelen ser tomadas como sinónimo, la verdad es que ambos términos denotan dos realidades muy distintas en términos de Discapacidad.

En un Pulso Clave anterior compartíamos sobre cuáles son los beneficios que trae a la organización la inclusión laboral y cuál es la manera correcta de dirigirnos a una persona con discapacidad. Hoy nos gustaría profundizar un poquito más sobre las distancias que separan a la Inclusión de la Integración.

La semana pasada el equipo Mentu en un espacio de inteligencia compartida, reflexionó sobre lo que experimenta en su día a día una persona con discapacidad. La Fundación Saraki acompañó el proceso aterrizando sobre los aspectos a tener en cuenta si deseamos incluir y no quedarnos en la mera integración de personas con discapacidad.

¿Qué es Integración? Se habla de Integración de un colectivo de personas, por ejemplo, personas con discapacidad que pueden ingresar a un espacio físico, pero no ser parte activa junto a las personas sin discapacidad, en esos casos se destinan espacios exclusivos o tareas diferentes.

¿Cuándo hablamos de Inclusión? Cuando se busca que todas las personas participen y compartan los mismos espacios y/o ámbitos. Se hace énfasis en el ambiente, que esté correctamente adaptado a las personas en general (con o sin discapacidad).

Desde una perspectiva de Inclusión, todas las personas se desarrollan y conviven, toman decisiones y comparten juntas. Si esto no es posible, se busca la manera de realizar ajustes hasta que se logre el objetivo. Por ejemplo: accesibilidad para personas con discapacidad física que se trasladan en silla de ruedas, audiodescripción de videos para personas con discapacidad visual entre otros.

El gran desafío de hoy es hacer a un lado la Integración y dar la oportunidad a la Inclusión en todos los ámbitos, y no menos importante, en el laboral. Como organización ¿estamos preparados para impulsar la Inclusión o aún nos encontramos en un terreno donde lidera la Integración? Es algo que debemos ir construyendo día a día. El cambio no se genera de la noche a la mañana. Es un reajuste que requiere de mucho empeño, responsabilidad y compromiso. Lo importante es dar ese primer paso hacia la Inclusión. “Integración es que te inviten a una fiesta, Inclusión es que inviten a bailar”, estamos invitados a ser protagonistas del cambio invitando a bailar a más personas para deleitarnos al son de la música de la inclusión, y en el proceso… disfrutar con el cambio.

Mentu forma parte de SUMMA, una red de motivación empresarial que reúne a todas las organizaciones que desean mejorar los ambientes y espacios laborales a través de la inclusión.

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