La situación de paralización de la economía de la zona euro se debe a la creciente desaceleración del sector manufacturero que también repercutiría en el sector de servicios.
Según el Purchasing Managers' Index (PMI) la producción del sector manufacturero se redujo en promedio en 4%, provocando una caída del índice del sector manufacturero hasta 45,6 en setiembre, menor en 2,9% al del mes pasado.
Esto se debió a la reducción de la demanda de productos y servicios, que fue la rápida de los últimos 6 años, hecho que se sumó al pesimismo respecto a las perspectivas futuras. Esta sensación negativa se deriva de la persistente preocupación sobre la guerra comercial y las tensiones geopolíticas, principalmente el Brexit.
Esta situación generaría una mayor presión para que el Banco Central Europeo (BCE) aumente sus medidas de estímulo.
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