La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte en su informe “Situación y las perspectivas de la economía mundial en el 2021” que el impacto socioeconómico causado por la pandemia del COVID-19 será tangible durante muchos años, a menos que se lleven a cabo inversiones estratégicas en los ámbitos de la economía, la sociedad y la resiliencia climática para garantizar una recuperación sostenible y resistente de la economía mundial.
Informan que en el 2020 la economía mundial presentó un decrecimiento del 4,3%, lo que sería 2,5 veces más que durante la crisis económica del 2009, mientras que estiman una humilde recuperación prevista para el 2021 del 4,7%, lo que apenas compensaría las pérdidas registradas en el 2020.
Así, anuncian que América Latina y el Caribe (ALC) tendrá que hacer frente a una recuperación frágil e irregular debido a las secuelas a largo plazo causadas por el virus en las economías de la región. También mencionan que Haití, Paraguay y Uruguay han sido capaces de contener la propagación del virus y de limitar el daño económico, mientras que aquellas economías que dependen del turismo se han visto más fuertemente afectadas, con recesiones del PIB de hasta dos cifras.
El pronóstico para la región a corto plazo está plagado de incertidumbres acerca de la evolución de la pandemia, la introducción de las vacunas y el impacto de las medidas de las políticas económicas. El escenario de referencia prevé una modesta recuperación con un crecimiento del 3,8% en el 2021 y del 2,6% en el 2022, frente a una caída del 8% para el 2020. En el caso de Paraguay se estima un crecimiento del 3,5% para el 2021 y del 3,2% para el 2022.
El informe destaca que la recuperación sostenida tras la pandemia dependerá no solo del alcance de las medidas de estímulo y la rápida introducción de las vacunas, sino también de la calidad y la eficacia que tengan esas medidas para aumentar la resiliencia contra las futuras crisis.
Fuente: ONU / CEPAL
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