En una era disruptiva como estamos viviendo, pareciera que todos están en busca de innovar, lo cual está bien porque es lo que lleva al éxito a muchos negocios. Sin embargo, la gran pregunta es: ¿cómo lo hacen? y dentro de todo, ¿cómo se destacan si todos apuntan a lo mismo?
Se sabe que las ideas no se tienen que quedar solo en el “pensar” o en el “querer”, sino más bien en el actuar, de la idea a la acción. También es cierto que muchas veces, por motivos superiores a uno mismo, pareciera imposible que sea real una simple idea. Una idea que nace probablemente en la nada, o tal vez pensando en todo. Sin embargo, ¿cómo piensas que nacieron las grandes empresas? Empresas exitosas como Apple, Amazon o Netflix se crearon a través de una idea, el cual en su momento parecieron también imposibles, pero lo hicieron posible. No es necesario siquiera pensar en ejemplos como este, ya que todas nacen siendo pequeñas y se convierten en grandes. Pues es de ese modo que todo empieza, imaginando. Y empresas como las recién nombradas, así también como Coca Cola entre otras, todas implementaron el design thinking o pensamiento de diseño en su negocio.
Tim Brown actual CEO de IDEO, una empresa de diseño e innovación, define al design thinking de la siguiente manera: “Es una disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado”.
Probablemente aún no esté muy claro lo que es el design thinking, pues te preguntarás para qué servirá eso en tu negocio o qué es lo que aportará en él. Debes mirar más allá de las cosas, enfocarte en una sola idea probablemente no lleve al fracaso de tu negocio pero si te atrasará frente a los demás, en cambio, lo que uno siempre debe tratar de buscar es ir un paso más adelante que el otro. Implementar el design thinking aportará a tu negocio nuevos productos y atraerá a nuevos clientes, y que mejor ventaja frente a los demás, que es el de ser distinto a los otros. Por todos estos motivos, compartimos las cinco fases que deberás tener en cuenta para llevar a cabo la metodología del design thinking en tu negocio.
Empatizar.
Bien se sabe que el consumidor es el usuario final de todo el proceso de comercialización de un negocio. Sin embargo, no muchas empresas se ponen a pensar realmente en qué es lo que el cliente quiere, cuál es su modo de vida, qué es lo que le gusta y demás. Al principio, parecerá mucho y te preguntarás, ¿para qué necesito saber todo eso de un cliente? Si el cliente solo cumple la función de comprar lo que ofrezco, y es el mismo motivo por el cual es necesario considerar sus intereses y ponerse en el lugar de él. Tu negocio debe sustentar lo que el cliente necesita, eso es algo que todos tienen por seguro, de igual manera, es algo que no muchos lo logran. Para poder alcanzar satisfacer las necesidades del cliente y del mismo modo llenar sus expectativas, debes ponerte en el rol y perfil del consumidor, preguntándote: ¿qué es lo que quiero?, ¿cómo me gustaría tenerlo? Viéndolo desde ese modo, resulta más sencillo descubrir soluciones a los problemas que ellos podrían encontrar en tu negocio.
Definir.
Luego de haberte puesto en el lugar del consumidor, probablemente se te ocurran infinitas ideas, las cuales las puedes guardar todas, pero necesitarás definir cuál es la más adecuada, considerando todo lo que requerirá poner en marcha. Deberás pensar también, cuál es la más conveniente, recuerda, tendrás que brindar algo novedoso, que el cliente pueda sacar provecho por el mismo, pero así también, deberá ser algo a lo que tu negocio pueda verse beneficiado y luego sea el cliente quien defina a tu negocio como el mejor.
Idear.
En esta fase es donde la lluvia de ideas actúa y debe complementarse con todas las capacidades que cuente tu negocio. Ser innovadores es un desafío que abre puertas a grandes oportunidades y posiciona al negocio como único o poco común, pero siempre para algo bueno. Asimismo, habrá que contar con varias alternativas, definir un Plan A, Plan B y/o Plan C, debido a que presentar productos nuevos son una buena salida, pero no siempre pueden asegurar el éxito total.
Prototipar.
Es la fase que quizás cueste un poco más, debido a que es donde se tendrán que poner las ideas sobre la mesa y concretarlo de la forma en que se ha imaginado anteriormente, cabe destacar nuevamente que todo es posible. Cada pequeña parte de la idea es y será importante para dar forma a eso que está solo en la mente y que se busca transmitir a los demás.
Testear.
Ya luego de haber pasado por todas las fases anteriores, llega la parte final en donde todo lo imaginado y trabajado por ello anteriormente se verá reflejado en el público, que es a quienes se quiere alcanzar. Es la fase en donde se tendrá conocimiento si la idea es viable y si el consumidor está dispuesto a pagar o no por el producto, asimismo, donde ante cualquier adversidad, se podrá implementar las alternativas (planes) pensadas en la fase anterior.
No hay mejor manera de distinguirse frente a los demás competidores que teniendo productos y/o servicios diferentes a los suyos, o en el caso que sean lo mismo, pues que que sean mejor. En ciertos ámbitos de la vida, comparar es algo que no suele verse como algo bueno, pero en el mundo de negocios, estando en un mercado competitivo y además con la intención ser los mejores, habrá que compararse con el que está al lado, identificar las oportunidades de mejora, sacar el jugo a las fortalezas y cuidar aquellas debilidades y amenazas.
Aparte de todas las fases mencionadas más arriba, hay otros puntos claves que necesitarás considerar para poner en práctica el design thinking o pensamiento de diseño en tu negocio. Desde Mentu podemos asesorarte, ¡contáctanos!.
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