¿A quién no le pasó sentir un día que llegó a su límite, con ganas de dejar de insistir con un proyecto, un informe o un vínculo interpersonal? Esos momentos “poco felices” forman parte de la vida misma y ponen a prueba nuestra capacidad de enfocarnos en lo realmente importante: nuestra actitud y la oportunidad de aprender algo nuevo.
¿Cómo podemos encontrar el lado positivo en una situación que en ocasiones pudiera llegar a exasperarnos? ¿Se trata realmente de la actitud que tengamos ante esos inesperados sucesos? Todas las experiencias que adquirimos a lo largo de la vida, tanto las positivas como las “negativas”, nos dejan algo que colabora en nuestro crecimiento personal de una forma más completa. El equilibrio mental y emocional se obtiene experimentando y aceptando todas las emociones. No es conveniente encapsularlas o negarlas. Debemos permitir que las mismas afloren, cada una en el momento adecuado e
integrarlas de manera oportuna y conveniente.
Compartimos contigo 5 claves que podrían encaminarnos a nuestro objetivo:
1. Aceptar la experiencia como estímulo para mejorar: resistirnos al abanico de experiencias o situaciones que nos depare la vida impide que podamos aprovechar el momento de llevarnos conocimientos que pueden ayudarnos en el futuro.
2. Aprender a resolver conflictos internos de manera más inteligente: hay emociones que despiertan en nosotros ante situaciones adversas, podría ser que caigamos fácilmente en el enojo o apatía, si reaprendemos a mirar desde otra perspectiva estas manifestaciones, lograremos identificar estrategias o técnicas para sacar mayor provecho del momento. Ej: si dedicar un tiempo a la jardinería hace que tengamos el momento feliz del día, podemos hacerlo como mecanismo de desconexión para asimilar cualquier situación incómoda con calma y asertivamente.
3. Tiempo a solas: el espíritu de esta sugerencia no es la de fomentar el individualismo, simplemente es remarcar la importancia que tiene dedicar un tiempo a esos hobbies o espacios donde podemos hacer lo que más nos gusta. Es trascendental darnos ese tiempo para reiniciarnos emocionalmente.
4. Autoanálisis: es importante que le dediquemos tiempo a conocer y comprender nuestras reacciones y emociones. Siempre de manera positiva para que, identificando nuestros límites también reconozcamos los talentos ocultos en ellos.
5. Diferenciar emociones positivas de las negativas: las emociones positivas son aquellas que nos permiten desarrollar tolerancia a la frustración además de brindarnos la capacidad de evaluar situaciones, tomar decisiones conscientes y una sana autoaceptación. Las emociones negativas por lo general tienden a llevarnos a ideas de inminente catástrofe, al tremendismo y a la autocondena. Ej.: cuando damos cabida a las emociones negativas usamos frases como: “no puedo más”, “estoy harto”, “estoy cansada”.
Wade Anthony Boggs ex beisbolista estadounidense decía que: “una actitud positiva provoca una reacción en cadena de pensamientos, eventos y resultados. Es un catalizador y desata extraordinarios desenlaces”. La consigna de este Pulso Clave de hoy es la de ante cualquier evento que nos toque vivir, intentar fluir con él teniendo como una gran aliada a la actitud que elijamos manifestar y asumir.
Fuente de referencia: El cansancio de los buenos – Roberto Almada
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